Diagnóstico

Durante un examen físico, el profesional de atención médica puede presionar de manera suave con los dedos el músculo afectado para detectar zonas dolorosas. Determinadas formas de presión en el punto desencadenante del dolor pueden causar determinadas respuestas. Por ejemplo, es posible que tengas una contracción muscular.

El dolor muscular tiene muchas causas posibles. Tu profesional de atención médica utiliza otras pruebas y procedimientos para descartar otras causas del dolor muscular.

Tratamiento

El tratamiento contra el síndrome de dolor miofascial incluye, por lo general, medicamentos, inyecciones en los puntos desencadenantes del dolor y fisioterapia. El ejercicio es una parte importante de cualquier plan de tratamiento.

Analiza las opciones de tratamiento y lo que prefieres con el profesional de atención médica. Puedes necesitar probar más de un enfoque para encontrar el alivio del dolor.

Medicamentos

Los medicamentos que se utilizan contra el síndrome de dolor miofascial incluyen los siguientes:

  • Analgésicos. Los analgésicos que se adquieren sin receta médica, como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB y otros) y el naproxeno sódico (Aleve), pueden ayudar. Algunos vienen en forma de cremas o parches que se colocan en la piel. O bien el profesional de atención médica puede recetarte analgésicos más fuertes.
  • Antidepresivos. Existen numerosos tipos de antidepresivos que pueden ayudar a aliviar el dolor. En los casos de ciertas personas que tienen el síndrome de dolor miofascial, la amitriptilina parece aliviar el dolor y mejorar el sueño.
  • Relajantes musculares. El clonazepam (Klonopin) y otros medicamentos conocidos como benzodiacepinas ayudan a tratar la ansiedad y la falta de sueño que, a veces, acompañan al síndrome de dolor miofascial. Estos medicamentos pueden ocasionar somnolencia y crear adicción.

Terapia

Un fisioterapeuta puede ayudarte a aliviar el dolor, según los síntomas que presentes. Este tratamiento puede implicar lo siguiente:

  • Estiramientos. El fisioterapeuta puede ayudarte a aliviar el dolor del músculo inflamado mediante estiramientos suaves. Si sientes dolor en el punto desencadenante del dolor al estirar, el fisioterapeuta puede aplicarte un espray anestésico en la piel.
  • Masajes El fisioterapeuta puede masajear el músculo afectado para ayudar a reducir el dolor. Puede realizar movimientos largos con la mano sobre el músculo o aplicar presión sobre algunas zonas del músculo para liberar la tensión.

Procedimientos

  • Inyecciones en los puntos desencadenantes del dolor. Inyectar un anestésico o un esteroide en el punto desencadenante del dolor puede ayudar a aliviarlo. También se puede utilizar la toxina botulínica A (bótox).
  • Punción seca. En algunos casos, el solo hecho de insertar la aguja en el punto desencadenante del dolor ayuda a liberar la tensión muscular. A esto se lo conoce como punción seca. La acupuntura también puede ser de ayuda para algunas personas que tienen el síndrome de dolor miofascial.
  • Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea. Esto envía una pequeña corriente eléctrica a las zonas doloridas. Para enviarla, se utilizan electrodos que se pegan con cinta en la piel. Se desconoce cómo la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea alivia el dolor. Es necesario hacer estudios adicionales.
  • Ultrasonido. Este tipo de terapia utiliza ondas sonoras para aumentar el flujo sanguíneo y el calor. Esto puede reducir el dolor de los músculos afectados por el síndrome de dolor miofascial.
  • Terapia de ondas de choque extracorporales. Las ondas sonoras se dirigen a la zona dolorida. Algunos estudios han demostrado que alivia el dolor ocasionado por el síndrome de dolor miofascial.

Estilo de vida y remedios caseros

Mantener el cuerpo saludable pueden facilitar lo que implica afrontar el dolor. Intenta hacer lo siguiente:

  • Haz ejercicio físico. El ejercicio suave puede ayudarte a enfrentar el dolor. Si el dolor lo permite, ponte en movimiento. Pregunta a tu fisioterapeuta o a otro miembro del equipo de atención médica sobre ejercicios adecuados.
  • Relájate. Si estás tenso, puede que sientas más dolor. Encuentra maneras de relajarte. Haz respiraciones profundas. Meditar. Escribe un diario. Habla con amigos. Haz lo que te ayude a aliviar el estrés.
  • Cuídate el cuerpo. Sigue una dieta saludable con muchas frutas y vegetales. Duerme lo suficiente.

Estrategias de afrontamiento y apoyo

Padecer una afección dolorosa a largo plazo, como el síndrome de dolor miofascial, puede ser angustiante. Hablar con un consejero acerca de esta situación puede ayudarte. Los grupos de apoyo en línea o presenciales también pueden ser útiles, ya que pueden ponerte en contacto con personas que saben lo que estás pasando.

Preparación para la consulta

Los síntomas del síndrome de dolor miofascial son similares a los de otros trastornos. Por lo tanto, es posible que acudas a más de un profesional de atención médica antes de obtener un diagnóstico.

Qué puedes hacer

Es posible que comiences con una visita al profesional de atención médica primaria. Quizás después te remitan a un reumatólogo, que es un especialista en afecciones de los músculos y las articulaciones.

A continuación, encontrarás lo que puedes hacer para prepararte para la cita.

Prepara una lista con lo siguiente:

  • Los síntomas y cuándo comenzaron.
  • Lleva tu información médica más importante. Incluye otras afecciones que tengas. Prepara una lista de todos los medicamentos, las vitaminas y los suplementos que tomes, incluidas las dosis.
  • Preguntas para hacerle al profesional de atención médica.

En el caso del síndrome de dolor miofascial, algunas preguntas básicas son las siguientes:

  • ¿Cuál podría ser la causa de mis síntomas?
  • ¿Hay probabilidades de que la afección desaparezca sola?
  • ¿Necesito recibir tratamiento?
  • ¿Qué tratamientos existen?
  • ¿Tiene algún folleto o material impreso que pueda llevarme?

Qué esperar del médico

Es probable que el profesional de atención médica te haga preguntas, como las siguientes:

  • ¿Dónde sientes más dolor?
  • ¿Aparecen y desaparecen los síntomas, o los tienes de forma constante?
  • ¿Hay algo que parezca mejorar los síntomas?
  • ¿Hay algo que haga empeorar los síntomas?
  • ¿Empeoran los síntomas a la mañana o en algún momento del día?
  • ¿Haces movimientos repetitivos en el trabajo o como parte de algún pasatiempo?
  • ¿Has sufrido alguna lesión recientemente?
  • ¿De qué forma el dolor limita lo que puedes hacer?