Diagnóstico
Según tu situación, el diagnóstico de insomnio y la búsqueda de la causa pueden incluir lo siguiente:
- Examen físico. Si se desconoce la causa del insomnio, el profesional de atención médica puede realizarte un examen físico para observar signos de problemas médicos que puedan estar relacionados con el insomnio. En ocasiones, es posible que te hagan un análisis de sangre para detectar problemas de tiroides u otras afecciones que estén relacionadas con la falta de sueño.
- Revisión de los hábitos de sueño. Además de preguntas sobre cómo duermes, tu médico u otro profesional de atención médica pueden pedirte que llenes un formulario para conocer tu ciclo de sueño y vigilia, y el nivel de somnolencia durante el día. También pueden pedirte que lleves un registro del sueño durante un par de semanas.
- Estudio del sueño. Si la causa del insomnio no está definida o tienes signos de otros trastornos del sueño, como apnea del sueño o síndrome de las piernas inquietas, es probable que debas pasar una noche en un centro del sueño. Las pruebas se realizan para hacer un seguimiento y registrar diferentes actividades del cuerpo mientras duermes. Estas actividades pueden ser las ondas cerebrales, la respiración, los latidos, el movimiento ocular y los movimientos del cuerpo.
Tratamiento
Muchas personas pueden lograr un sueño reparador cuando realizan cambios en los hábitos de sueño y se ocupan de otros problemas relacionados con el insomnio, como el estrés, enfermedades o medicamentos. Si esto no funciona, tu médico puede recomendarte terapia cognitivo conductual, medicamentos o ambos para mejorar la relajación y el sueño.
Terapia cognitivo conductual para el insomnio
La terapia cognitivo conductual para el insomnio puede ayudarte a controlar o frenar pensamientos negativos y acciones que te mantienen despierto. Generalmente, es el primer tratamiento que se recomienda para las personas con insomnio. En ocasiones, la terapia cognitivo conductual es igual o más eficaz que las medicinas del sueño.
La parte cognitiva de la terapia te enseña a detectar y modificar las creencias que afectan al sueño. Puede ayudarte a controlar o frenar pensamientos negativos y acciones que te mantienen despierto. También puede hacer que cierres el ciclo en el que te preocupas tanto por dormirte que no te puedes dormir.
La parte conductual de la terapia cognitivo conductual te ayuda a aprender buenos hábitos de sueño y a frenar los comportamientos que no te permiten dormir bien.
Las estrategias incluyen las siguientes:
- Terapia de control de estímulos. Este método te ayuda a entrenar la mente y el cuerpo para dormir mejor y no luchar contra el sueño. Por ejemplo, se te entrenará para programar un horario regular para ir a dormir y despertarte, para no dormir siestas y para usar la cama solo para dormir y tener relaciones sexuales. También se te entrenará para salir de la habitación si no te puedes dormir a los 20 minutos y solo regresar cuando tengas sueño.
- Métodos de relajación. La relajación muscular progresiva, la biorretroalimentación y los ejercicios de respiración son formas de calmar la ansiedad a la hora de dormir. Si practicas estos métodos es probable que puedas controlar tu frecuencia respiratoria, ritmo cardíaco y tensión muscular para poder relajarte.
- Terapia de restricción del sueño. Con este método, reduces el tiempo que pasas en la cama y evitas dormir siesta durante el día, por lo que duermes menos. Esto hace que estés más cansado la noche siguiente. Una vez que tu sueño mejore, aumentarás progresivamente el tiempo en la cama.
- Mantente pasivamente despierto. La intención paradójica es una estrategia para el insomnio adquirido que tiene como objetivo reducir tu preocupación y la ansiedad relacionadas con conciliar el sueño. Te acuestas y tratas de permanecer despierto en lugar de esperar conciliar el sueño. Este método disminuye tu concentración extrema en quedarte dormido y la ansiedad por no poder dormir, lo que hace que puedas conciliar el sueño más fácilmente.
- Fototerapia. Si te duermes demasiado temprano y, luego, te despiertas demasiado temprano, puedes usar la luz para hacer retroceder tu reloj interno. Puedes salir cuando esté claro por las tardes o usar una caja de luz. Pídele consejos a tu médico.
El médico puede recomendarte otras estrategias relacionadas con tu estilo de vida y área donde duermes para ayudarte a crear hábitos que deriven en un sueño reparador y lucidez durante el día.
Medicamentos con receta médica
Las pastillas para dormir con receta médica pueden ayudarte tanto a conciliar el sueño como a permanecer dormido. Por lo general, los médicos no recomiendan depender de estas pastillas con receta médica para dormir por más de algunas semanas. Además, los medicamentos no deberían ser el único tratamiento. No obstante varios medicamentos están aprobados para su uso prolongado.
Se desconoce por cuánto tiempo se pueden usar sabiamente. Más bien, los medicamentos se recetan según cada caso, y tú y tu médico evalúan los riesgos y beneficios. Generalmente, lo mejor es usar la dosis eficaz más baja y no tomar medicamentos por mucho tiempo.
Las opciones para tratar a quienes tienen problema para conciliar el sueño son las siguientes:
- Eszopiclona (Lunesta)
- Ramelteon (Rozerem)
- Temazepam (Restoril)
- Triazolam (Halcion)
- Zaleplon (Sonata)
- Zolpidem tartrato (Ambien, Ambien CR o Edluar)
Las opciones de tratamiento para quienes tienen problemas para dormir sin despertarse, quienes se despiertan mucho antes de tiempo o quienes tienen dificultades para volver a dormirse son las siguientes:
- Clorhidrato de doxepina (Silenor)
- Eszopiclona (Lunesta)
- Suvorexant (Belsomra)
- Temazepam (Restoril)
- Zolpidem tartrato (Ambien, Ambien CR o Edluar)
Las pastillas con receta médica para dormir suelen tener efectos secundarios, como somnolencia durante el día, y aumentan el riesgo de caídas. También pueden generar dependencia. Si tu médico te receta medicamentos para ayudarte a dormir, pide más información, incluso sobre los posibles efectos secundarios y sobre la cantidad de tiempo que puedes tomarlos.
Productos que ayudan a dormir disponibles sin receta médica
Los medicamentos del sueño de venta libre contienen antihistamínicos que pueden darte sueño. No deben usarse regularmente. Consulta a tu médico antes de tomarlos, ya que los antihistamínicos pueden causar efectos secundarios. Los efectos secundarios pueden ser somnolencia durante el día, mareos, confusión, problemas de razonamiento y dificultad para orinar. Estos efectos pueden ser peores en adultos mayores.
Estilo de vida y remedios caseros
Por lo general, el insomnio puede tratarse, independientemente de la edad. Muchas veces, la clave está en los cambios en tu rutina durante el día y a la hora de ir a dormir.
Estos consejos podrían ayudarte:
- Sigue una rutina de sueño. Ve a la cama y despiértate a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.
- Haz actividad física. Hacer actividad física con regularidad puede llevar a tener un buen descanso a la noche. Programa hacer actividad física, al menos, algunas horas antes de ir a dormir. No hagas actividades que requieran mucha energía cerca de la hora de dormir.
- Controla tus medicamentos. Si tomas medicamentos regularmente, revisa con tu médico si influyen en tu insomnio. Además, revisa las etiquetas de los productos disponibles sin receta médica para ver si contienen cafeína u otros estimulantes, como pseudoefedrina.
- Limita o evita las siestas. Las siestas pueden hacer que sea más difícil conciliar el sueño por la noche. Si no puedes abandonar la siesta, intenta limitarla a no más de 30 minutos. A su vez, no duermas siesta después de las 15:00 si tu horario habitual para dormir es a la noche.
- Limita o evita la cafeína, el alcohol y la nicotina. Estos productos pueden dificultar la conciliación del sueño. El efecto puede durar varias horas.
- No toleres el dolor. Si te molesta algún dolor, consulta a tu médico qué analgésicos pueden aliviar el dolor mientras duermes.
- No comas mucho ni bebas demasiados líquidos antes de ir a dormir. Un refrigerio liviano puede ser suficiente y ayuda a evitar la acidez estomacal. Bebe menos líquidos antes de la hora de dormir para que no tengas que orinar tan seguido.
Al momento de ir a dormir:
- Haz que tu habitación sea cómoda para dormir. Usa la cama solo para dormir o tener relaciones sexuales. Mantén la habitación oscura, en silencio y a una temperatura agradable. Esconde todos los relojes que tengas en la habitación, incluso el de pulsera y el celular. De este modo, no tienes que preocuparte por la hora que es.
- Encuentra maneras de relajarte. Intenta dejar tus preocupaciones y planes en un segundo plano a la hora de acostarte. Un baño tibio o un masaje antes de ir a la cama pueden ser útiles para prepararte para dormir. Crea un ritual relajante a la hora de dormir, como un baño caliente, un libro, música suave, ejercicios de respiración, yoga o rezar.
- No te esfuerces demasiado para dormirte. Cuanto más te esfuerces en dormir, más despierto te sentirás. Lee en otra habitación hasta que te agarre sueño. Luego, ve a la cama para dormir. No te vayas a dormir demasiado temprano, antes de tener sueño.
- Levántate de la cama si no te duermes. Duerme todo lo que necesites para sentirte descansado. Luego, levántate de la cama. No permanezcas en la cama si no estás durmiendo.
Medicina alternativa
Muchas personas no consultan a un médico u otro proveedor de atención médica sobre el insomnio. Tratan de lidiar con el insomnio por su cuenta.
Algunas personas prueban con terapias como las siguientes:
- Melatonina. Este suplemento, que está disponible para la venta sin receta médica, se promociona para combatir el insomnio. En términos generales, se considera que es seguro usar melatonina durante un par de semanas. Sin embargo, no existen pruebas concluyentes que demuestren su eficacia para tratar el insomnio y se desconoce si es seguro a largo plazo. Las pautas de la American Academy of Sleep Medicine (Academia Estadounidense de Medicina del Sueño) recomiendan a los médicos y profesionales de la salud mental que no lo receten.
- Valeriana. Este suplemento alimentario se vende como un producto para ayudar a dormir, ya que tiene un efecto sedante moderado. Todavía no se ha estudiado en profundidad. Consulta con tu médico sobre la valeriana antes de probarla. Algunas personas que anteriormente han usado dosis altas o por un largo tiempo podrían haber tenido daño hepático, pero no se sabe si la causa de esto fue la valeriana.
- Acupuntura. Esta terapia se utiliza comúnmente para tratar el insomnio, pero, por lo general, no se recomienda debido a la falta de pruebas de sus beneficios
- Yoga o taichí. Algunos estudios sugieren que la práctica regular del yoga o taichí puede mejorar la calidad del sueño, pero, por lo general, no se recomienda debido a la falta de pruebas de sus beneficios
- Meditación. Varios estudios pequeños sugieren que la meditación acompañada de un tratamiento convencional puede ayudar a mejorar el sueño y a reducir el estrés.
Precaución sobre las plantas medicinales y los suplementos alimentarios para dormir
La Administración de Alimentos y Medicamentos no regula que los fabricantes de suplementos alimentarios y productos para ayudar a dormir comprueben su funcionamiento y seguridad. Consulta a tu médico antes de tomar cualquier producto que se venda sin receta médica. Algunos productos pueden ser perjudiciales y otros pueden traer problemas si tomas también ciertos medicamentos.
Preparación para la consulta
Si tienes problemas para dormir, probablemente primero empieces por una consulta con un profesional de atención primaria. Pregunta si debes hacer algo antes de la cita, como llevar un registro del sueño. Asiste con tu pareja, si es posible. Tu pareja puede brindar información sobre la cantidad de horas que duermes y si duermes bien.
Qué puedes hacer
A modo de preparación para la cita, haz una lista de lo siguiente:
- Tus síntomas, incluso los que no parecen estar relacionados con el motivo de la cita.
- Información personal, como problemas de salud actuales o nuevos, situaciones de estrés importantes o cambios recientes en tu vida.
- Todos los medicamentos que tomas, incluso los que están disponibles a la venta sin receta médica, vitaminas, plantas medicinales u otros suplementos, además de sus dosis. Hazle saber a tu médico todo lo que hayas tomado como ayuda para dormir.
- Preguntas que quieras hacerle al médico para aprovechar al máximo la cita.
Las preguntas básicas son, por ejemplo, las siguientes:
- ¿Cuál puede ser la causa de mi insomnio?
- ¿Cuál es el mejor tratamiento?
- ¿Cómo puedo crear un entorno ideal para dormir?
- ¿Cómo puedo gestionar el insomnio con mis otras enfermedades?
- ¿Debería ir a una clínica del sueño o a un especialista en sueño? ¿Cubrirá mi seguro esto?
- ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda consultar?
- ¿Qué sitios web me recomienda?
No dudes en hacer cualquier otra pregunta durante la cita médica.
Qué esperar de tu doctor
Es posible que el médico te haga varias preguntas.
Las preguntas más comunes sobre el insomnio pueden ser las siguientes:
- ¿Con qué frecuencia tienes problemas para dormir?
- ¿Cuándo comenzó el insomnio?
- ¿Cuánto tardas en conciliar el sueño?
- ¿Roncas o te despiertas atragantado?
- ¿Cuántas veces te despiertas durante la noche y cuánto tardas en volver a dormirte?
- ¿Cómo reaccionas cuando no puedes dormir?
- ¿Has intentado mejorar el sueño?
Las preguntas más comunes sobre tu rutina diurna pueden ser las siguientes:
- ¿Te sientes descansado cuando te despiertas o estás cansado durante el día?
- ¿Te duermes o tienes problemas para mantenerte despierto mientras estás sentado en silencio o cuando manejas?
- ¿Duermes siestas durante el día?
- ¿Qué comes y bebes a la noche habitualmente?
Las preguntas más comunes sobre tu rutina a la hora de ir a dormir pueden ser las siguientes:
- ¿Cuál es tu rutina a la hora de ir a dormir?
- ¿Tomas algún medicamento, como pastillas para dormir, antes de ir a la cama?
- ¿A qué hora te acuestas y a qué hora te despiertas? ¿Cambia esa rutina los fines de semana?
- ¿Cuántas horas duermes por noche?
Las preguntas comunes sobre otros problemas que pueden afectar el sueño son las siguientes:
- ¿Tuviste algún evento estresante últimamente?
- ¿Consumes tabaco o bebidas alcohólicas?
- ¿Tienes algún familiar con problemas de sueño?
- ¿Qué medicamentos tomas habitualmente?
- ¿Sientes un fuerte e incómodo impulso por mover las piernas cuando intentas dormirte?