Diagnóstico

El pediatra de tu hijo puede diagnosticar el hipospadias sobre la base de una exploración física. Es probable que te derive a un cirujano que se especializa en afecciones genitales y urinarias (urólogo pediátrico) para más evaluaciones. Los centros médicos que cuentan con equipos especializados pueden ayudarte a evaluar las opciones y brindarte tratamiento experto.

Cuando el orificio de la uretra es anormal y no se pueden palpar los testículos en el examen, tal vez sea difícil determinar si los genitales son claramente masculinos o femeninos (genitales ambiguos). En este caso, es recomendable que un equipo multidisciplinario realice más evaluaciones.

Tratamiento

Algunos tipos de hipospadias son muy leves y no requieren cirugía. Sin embargo, el tratamiento generalmente incluye cirugía para reubicar el orificio de la uretra y, si es necesario, enderezar el cuerpo del pene. Por lo general, la cirugía se realiza cuando el niño tiene entre 6 y 12 meses.

Si el pene tiene una apariencia anormal, no se debe realizar la circuncisión. Si el hipospadias se detecta durante la circuncisión, se debe completar el procedimiento. En cualquier caso, es recomendable la derivación a un urólogo pediátrico.

Cirugía

La mayoría de los tipos de hipospadias se pueden corregir en una única cirugía que se realiza de manera ambulatoria. En algunos tipos de hipospadias, será necesario realizar más de una cirugía para corregir el defecto.

Cuando el orificio uretral está cerca de la base del pene, es posible que el cirujano tenga que usar injertos de tejido del prepucio o de la parte interior de la boca para reconstruir el conducto urinario en la posición correspondiente y corregir el hipospadias.

Resultados de la cirugía

En la mayoría de los casos, la cirugía da resultados muy satisfactorios. Casi siempre, el pene luce normal después de la cirugía, y también se normalizan la función urinaria y la sexual.

En ocasiones, se hace un agujero (fístula) a lo largo de la parte inferior del pene, donde se creó la nueva vía urinaria, lo que produce la pérdida de orina. Rara vez, se presenta algún problema con la cicatrización. Estas complicaciones pueden requerir una cirugía adicional para la reparación.

Atención de seguimiento

Tu hijo necesitará ir a un par de consultas con el cirujano después de la cirugía. Después de eso, se recomienda el seguimiento regular con el urólogo pediátrico de tu hijo una vez que haya aprendido a ir al baño y en la pubertad, a fin de verificar la cicatrización y detectar posibles complicaciones.

Preparación para la consulta

En la mayoría de los casos, a tu hijo se le diagnostica el hipospadias mientras aún está en el hospital después del nacimiento. Es probable que te deriven a un urólogo pediátrico. A continuación, encontrarás información útil para prepararte para la consulta.

Qué puedes hacer

Antes de la consulta:

  • Pídele a un familiar o a un amigo que te acompañe: un acompañante de confianza puede ayudarte a recordar información y brindarte apoyo.
  • Haz una lista de preguntas para hacerle al médico.

Las preguntas podrían incluir las siguientes:

  • ¿Mi hijo necesita cirugía?
  • ¿Cuál es el mejor momento para cirugía?
  • ¿Cuáles son los riesgos asociados con esta cirugía?
  • ¿Qué ocurre si mi hijo no se somete a la cirugía?
  • ¿Esta afección afectará la fecundidad o la función sexual de mi hijo posteriormente en la vida?
  • ¿Qué probabilidades hay de que los futuros hijos tengan la misma afección?
  • ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda consultar?
  • ¿Qué sitios web me recomienda?

No dudes en hacer otras preguntas durante la consulta.

Qué esperar del médico

Prepárate para responder las preguntas del médico de tu bebé, por ejemplo:

  • ¿A alguien más de tu familia le diagnosticaron hipospadias?
  • ¿El pene de tu hijo se curva hacia abajo durante una erección?
  • ¿Notaste un rociado anormal cuando tu hijo orina?