Diagnóstico
El proveedor de atención médica o especialista probablemente hará un diagnóstico según tus respuestas a sus preguntas, un examen físico y una o más pruebas. Estas son algunas de esas pruebas:
Endoscopia
Durante este procedimiento, se guía por la garganta y el interior del esófago un tubo largo y delgado que tiene una cámara pequeña. Este instrumento se llama endoscopio. Con el endoscopio, el proveedor de atención médica puede buscar cualquier apariencia inusual del esófago. Se pueden tomar pequeñas muestras de tejido para analizarlas, lo que se llama biopsia. El esófago puede tener un aspecto diferente dependiendo de la causa de la inflamación, por ejemplo, por medicamentos o esofagitis por reflujo. Durante esta prueba estarás ligeramente sedado.
Esponja esofágica
Esta prueba puede hacerse en el consultorio del proveedor de atención médica y consiste en tragar una cápsula atada a una cuerda. La cápsula se disolverá en el estómago y liberará una esponja que el proveedor de atención médica saca de la boca tirando de la cuerda. A medida que se extrae la esponja, irá tomando muestras de los tejidos del esófago. Esto permitirá que el proveedor de atención médica determine el grado de inflamación del esófago sin tener que hacerte una endoscopia.
Radiografía con bario
Para esta prueba, bebes una solución o tomas una pastilla que contiene un compuesto llamado bario. El bario cubre el revestimiento del esófago y del estómago y hace que los órganos sean visibles. Estas imágenes pueden ayudar a identificar el estrechamiento del esófago, otros cambios estructurales, una hernia de hiato, tumores u otras anomalías que puedan estar causando los síntomas.
Análisis de laboratorio
Las pequeñas muestras de tejido que se extraen durante un examen endoscópico se envían al laboratorio para su análisis. Según cuál sea la posible causa del trastorno, las pruebas pueden usarse para:
- Diagnosticar infecciones bacterianas, virales o fúngicas.
- Determinar la concentración de glóbulos blancos relacionados con alergias (eosinófilos).
- Identificar células anómalas que podrían indicar cáncer de esófago o cambios precancerosos.
Tratamiento
Los tratamientos para la esofagitis se centran en mejorar los síntomas, controlar las complicaciones y tratar las causas subyacentes del trastorno. Las estrategias de tratamiento varían según la causa del trastorno.
Reflux esophagitis
El tratamiento para la esofagitis por reflujo puede incluir lo siguiente:
- Tratamientos de venta libre. Incluyen los antiácidos (Maalox, Mylanta, otros); los medicamentos que reducen la producción de ácido, llamados bloqueadores de H2, como la cimetidina (Tagamet HB); y los medicamentos que bloquean la producción de ácido y curan el esófago, llamados inhibidores de la bomba de protones, como el lansoprazol (Prevacid) y el omeprazol (Prilosec).
- Medicamentos con receta médica. Estos incluyen inhibidores de la bomba de protones y bloqueadores de H2 en concentraciones para la venta bajo receta médica.
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Cirugía. Se puede practicar un tipo de cirugía llamada fundoplicatura para mejorar la condición del esófago si otras intervenciones no dan resultado. En este procedimiento, una parte del estómago se envuelve alrededor de la válvula que separa el esófago y el estómago, llamada esfínter esofágico inferior. Esto fortalece el esfínter y evita que el ácido regrese al esófago.
Un tratamiento más reciente consiste en colocar un anillo de minúsculas cuentas magnéticas de titanio, llamado LINX, alrededor del esfínter esofágico inferior. En esa posición, el anillo de cuentas refuerza el esfínter, lo que previene el reflujo de ácido.
Esofagitis eosinofílica
El tratamiento de la esofagitis eosinofílica consiste en evitar el alérgeno y reducir la reacción alérgica con medicamentos. Los medicamentos recomendados pueden incluir los siguientes:
- Inhibidores de la bomba de protones. Es probable que el médico te recete primero un inhibidor de la bomba de protones, como esomeprazol (Nexium), lansoprazol (Prevacid), omeprazol (Prilosec) o pantoprazol (Protonix).
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Esteroides. Algunos estudios han demostrado que los esteroides que se tragan, como la fluticasona (Flovent) y la budesonida (Pulmicort), pueden actuar en el tejido superficial del esófago para tratar la esofagitis eosinofílica. Los mismos esteroides que se inhalan para controlar el asma se tragan en forma de líquido para tratar la esofagitis eosinofílica.
El médico te dará instrucciones sobre cómo debes tragar la preparación de esteroides para que recubra el esófago. Es mucho menos probable que este sistema de administración de esteroides cause efectos secundarios graves comparado con la toma de comprimidos de esteroides por vía oral.
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Dietas de eliminación y elementales. Es probable que la causa de la esofagitis eosinofílica sea una reacción a un alérgeno alimentario. Por lo tanto, dejar de consumir los alimentos que la provocan puede ser una estrategia de tratamiento eficaz.
Debido a que actualmente no hay pruebas confiables para identificar estos alimentos responsables, el proveedor de atención médica puede recomendarte que elimines los alérgenos alimentarios más comunes de tu alimentación. Según las indicaciones del proveedor de atención médica, volverás a incluir progresivamente esos alimentos en tu dieta y llevarás un registro del momento en que reaparezcan los síntomas.
Otro enfoque, más restrictivo, es eliminar toda la comida de tu alimentación y remplazarla con una fórmula a base de aminoácidos.
- Anticuerpos monoclonales. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó recientemente el dupilumab (Dupixent) para el tratamiento de adultos y niños a partir de los 12 años con esofagitis eosinofílica. El dupilumab es un tipo de medicamento conocido como anticuerpo monoclonal que bloquea la acción de ciertas proteínas que causan inflamación en el cuerpo. Este medicamento se administra todas las semanas mediante una inyección y se utiliza para tratar infecciones activas.
Esofagitis inducida por medicamentos
El tratamiento para la esofagitis inducida por fármacos consiste en evitar el fármaco que causa el problema, si es posible, y reducir el riesgo con mejores hábitos en cuanto a la toma de pastillas. El proveedor de atención médica puede recomendarte lo siguiente:
- Tomar un medicamento alternativo con menos probabilidades de causar esofagitis inducida por fármacos.
- Tomar el medicamento en forma líquida, si es posible.
- Tomar un vaso entero de agua con una pastilla, a menos que el proveedor de atención médica te indique que debes restringir la ingesta de líquidos debido a otra afección, como una enfermedad renal.
- Sentarte o estar de pie por lo menos 30 minutos después de tomar una pastilla.
Esofagitis infecciosa
El proveedor de atención médica puede recetarte un medicamento para tratar una infección bacteriana, viral, fúngica o parasitaria que esté causando la esofagitis infecciosa.
Tratamiento de complicaciones comunes
Es posible que un gastroenterólogo realice un procedimiento para expandir, o dilatar, el esófago. Este tratamiento se suele usar solo cuando el estrechamiento es muy grave o cuando se produce atascamiento de comida en el esófago.
En la dilatación esofágica, el proveedor de atención médica usa uno o más dispositivos endoscópicos que son tubos pequeños y estrechos que se insertan a través del esófago. Hay versiones de estos dispositivos que pueden incluir lo siguiente:
- Una punta cónica, que comienza con una punta redondeada que se ensancha progresivamente.
- Un globo que puede expandirse después de insertarlo en el esófago.
Estilo de vida, y remedios caseros
Dependiendo del tipo de esofagitis que tengas, quizás puedas reducir los síntomas o evitar problemas recurrentes al tomar estas medidas:
- Evita las comidas que pueden aumentar el reflujo. Comer o beber grandes cantidades de ciertos alimentos puede empeorar los síntomas de reflujo gastroesofágico. Estos pueden incluir alcohol, cafeína, chocolate y alimentos con sabor a menta.
- Adopta buenos hábitos al tomar pastillas. Tómalas siempre con mucha agua. Espera por lo menos 30 minutos antes de recostarte después de tomar una pastilla.
- Baja de peso. Habla con el proveedor de atención médica sobre una dieta y rutina de ejercicio adecuadas para ayudarte a bajar de peso y mantener un peso saludable.
- Si fumas, deja de hacerlo. Habla con el proveedor de atención médica si necesitas ayuda para dejar de fumar.
- Intenta no agacharte ni inclinarte, especialmente apenas termines de comer.
- No te recuestes después de comer. Espera al menos tres horas después de comer para acostarte o ir a dormir.
- Levanta la cabecera de tu cama. Coloca tacos de madera debajo de la cama para elevar la cabeza. Trata de lograr una elevación de 6 a 8 pulgadas (15 a 20 cm). Si no es posible elevar la cama, pon una cuña entre el colchón y el elástico para elevar el cuerpo de la cintura hacia arriba. Elevar la cabeza solo con almohadas adicionales no resulta eficaz.
Medicina alternativa
No se demostró que las terapias alternativas puedan tratar la esofagitis. Sin embargo, algunas terapias complementarias y alternativas pueden ofrecer cierto alivio de los síntomas de la acidez estomacal o del reflujo cuando se combinan con la atención del proveedor de atención médica. Las opciones pueden incluir jengibre, manzanilla y ulmus rubra. Habla con el proveedor de atención médica si estás considerando la posibilidad de usar terapias alternativas para tratar la enfermedad por reflujo gastroesofágico.
Preparación para tu consulta
Si tienes un dolor intenso en el pecho que dura más de unos minutos o si sospechas que tienes comida atascada en el esófago o no puedes tragar, busca atención médica de emergencia.
Si tienes otros síntomas de esofagitis, probablemente lo primero que debes hacer es consultar con el proveedor principal de atención médica. Para algunos exámenes de diagnóstico, el proveedor de atención médica quizás te remita a un especialista en trastornos del sistema digestivo (gastroenterólogo) o a un especialista en alergias (alergólogo). Prepararte para la cita con el proveedor de atención médica o el especialista te ayudará a aprovechar al máximo tu tiempo.
Qué puedes hacer
Prepara con anticipación una lista que incluya:
- Los síntomas que presentas, incluso los que parezcan no tener relación con el dolor, la dificultad para tragar, o el reflujo.
- Información personal esencial, como situaciones muy estresantes o cambios recientes en tu vida.
- Los medicamentos que tomas, incluidas las vitaminas y otros suplementos.
- Antecedentes familiares de alergias y trastornos del esófago o del estómago.
- Preguntas para hacerle al proveedor de atención médica.
Clasifica las preguntas de las más importantes a las menos importantes en caso de que se acabe el tiempo. Si piensas que tienes síntomas de esofagitis, puedes hacer algunas de las siguientes preguntas:
- ¿Qué pruebas necesito para confirmar el diagnóstico?
- ¿Requieren estas pruebas alguna preparación especial?
- ¿En cuánto tiempo obtendré los resultados de las pruebas?
- ¿Cuáles son los tratamientos disponibles y cuál me recomienda?
- ¿Cómo sabré si el tratamiento está dando resultado?
- ¿Necesitaré pruebas de seguimiento?
- ¿Qué medidas puedo tomar por mi cuenta para prevenir que los síntomas vuelvan a aparecer?
- Tengo otras afecciones de salud. ¿Cuál es la mejor manera de controlar mis afecciones de manera conjunta?
Qué esperar del médico
Es probable que el proveedor de atención médica te haga algunas preguntas. Estar preparado para responderlas te permitirá reservar tiempo para revisar los temas en los que deseas enfocarte más. Es posible que el proveedor de atención médica te pregunte lo siguiente:
- ¿Cuál es la intensidad del dolor o las molestias?
- ¿Tienes dificultad al tragar?
- ¿Con qué frecuencia se presentan los síntomas?
- ¿Hay algo en particular que parezca desencadenar o empeorar los síntomas, como ciertos alimentos?
- ¿Hay algo que disminuya los síntomas, como tomar antiácidos de venta libre o evitar determinados alimentos?
- ¿Los síntomas empeoran en ciertos momentos del día?
- ¿Los síntomas se presentan poco después de tomar algún medicamento? Si es así, ¿qué medicamentos?
- ¿Tienes alergias? ¿Tomas algún medicamento para la alergia?
- ¿Alguna vez se te han atascado alimentos en la garganta después de tragar?
- ¿Alguna vez has regurgitado comida después de tragar?
- ¿Tienes antecedentes familiares de problemas gastrointestinales?
Qué puedes hacer mientras tanto
Si sabes que ciertos alimentos desencadenan o empeoran los síntomas, aléjate de ellos. Entre los responsables frecuentes se incluyen bebidas con cafeína, bebidas alcohólicas o comidas picantes. Tomar antiácidos de venta libre puede ofrecer un alivio de los síntomas a corto plazo.
Si sospechas que tus síntomas están relacionados con un medicamento con receta médica, no dejes de tomarlo sin consultar primero con el proveedor de atención médica. Si es posible, limita el uso de medicamentos de venta libre que podrían estar causándote problemas. Cuando tomes pastillas, toma un vaso de agua y no te acuestes inmediatamente después.