Descripción general
La distonía es un trastorno del movimiento que hace que los músculos se contraigan.
Esto puede ocasionar movimientos de torsión u otros movimientos que se producen repetidamente y que no están bajo el control de la persona.
Cuando la afección afecta a una parte del cuerpo, se denomina distonía focal.
Cuando afecta a dos o más zonas del cuerpo próximas entre sí, se denomina distonía segmentaria.
Cuando la distonía afecta a todas las partes del cuerpo, se conoce como distonía general.
Los espasmos musculares pueden variar de leves a más graves.
Pueden ser dolorosas y afectar a la capacidad de la persona para realizar las tareas cotidianas.
No hay cura para la distonía, pero los medicamentos y la terapia pueden mejorar los síntomas.
A veces se lleva a cabo una cirugía para desactivar o regular los nervios o determinadas regiones del cerebro en las personas con distonía grave.
Síntomas
La distonía afecta a diferentes personas de diversas maneras.
En el caso de los espasmos musculares, puede suceder lo siguiente:
- Comienzan en una sola zona, como las piernas, el cuello o los brazos.
La distonía focal que comienza después de los 21 años, normalmente se presenta en el cuello, los brazos o la cara.
Aunque tiende a permanecer en una sola zona, puede diseminarse a una zona vecina del cuerpo.
- Ocurren durante una acción específica, como escribir a mano.
- Empeoran con el estrés, la fatiga o la ansiedad.
- Son más notorios con el paso del tiempo.
Las partes del cuerpo que pueden verse afectadas incluyen las siguientes:
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Cuello.
Cuando están implicados los músculos del cuello, se denomina distonía cervical.
Las contracciones hacen que la cabeza se tuerza hacia uno de los lados.
O la cabeza puede halarse hacia delante o hacia atrás.
La distonía cervical a veces causa dolor.
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Párpados.
Cuando están implicados los músculos que controlan el parpadeo de los ojos, se denomina blefaroespasmo.
El parpadeo rápido o los espasmos musculares que hacen que se cierren los ojos dificultan la visión.
Los espasmos musculares no suelen ser dolorosos.
Pueden aumentar cuando hay mucha luz o mientras se lee, se ve la televisión o se interactúa con otras personas.
También pueden aumentar con el estrés.
Los ojos pueden sentirse secos, arenosos o sensibles a la luz.
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Mandíbula o lengua.
Cuando afecta a los músculos de la mandíbula y la lengua, se denomina distonía bucomandibular.
Puede causar dificultad para articular las palabras, babeo y problemas para masticar o tragar.
Este tipo de distonía puede ser dolorosa.
A menudo cursa con distonía cervical o blefaroespasmo.
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La laringe y las cuerdas vocales.
Cuando la laringe o las cuerdas vocales están afectadas, se denomina distonía laríngea.
Puede ocasionar una voz tensa o susurrante.
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Mano y antebrazo.
Algunos tipos de distonía solo se producen al realizar una actividad una y otra vez, como escribir o tocar un instrumento musical.
Se conocen como distonía del escritor y distonía del músico.
Por lo general, los síntomas no ocurren cuando el brazo está en reposo.
Cuándo debes consultar a un médico
Los primeros síntomas de distonía suelen ser leves, ocasionales y vinculados con una actividad específica.
Consulta a un miembro del equipo de atención médica si tienes contracciones musculares que no puedes controlar.
Causas
Se desconoce la causa exacta de la distonía.
Pero podría relacionarse con cambios en la comunicación entre las células nerviosas de varias regiones del cerebro.
Algunas formas de distonía se trasmiten en las familias.
La distonía además puede ser un síntoma de otra enfermedad o afección, entre ellas:
- Enfermedad de Parkinson.
- Enfermedad de Huntington.
- Enfermedad de Wilson.
- Lesión cerebral traumática.
- Lesión al nacer.
- Accidente cerebrovascular.
- El tumor cerebral o determinadas afecciones que se manifiestan en algunas personas con cáncer, conocidos como síndromes paraneoplásicos.
- Falta de oxígeno o intoxicación por monóxido de carbono.
- Infecciones, como la tuberculosis o la encefalitis.
- Reacciones a determinados medicamentos o envenenamiento por metales pesados.
Factores de riesgo
Tu riesgo para la distonía aumenta si tienes antecedentes familiares de trastorno del movimiento.
Las mujeres también tienen un mayor riesgo.
Presentan distonía el doble de veces que los hombres.
Otro factor de riesgo para la distonía es tener una afección que ocasione distonía, como la enfermedad de Parkinson o la enfermedad de Huntington.
Complicaciones
Según el tipo de distonía, las complicaciones pueden incluir las siguientes:
- Discapacidades físicas que afectan el desempeño de las actividades cotidianas o de tareas específicas.
- Problemas de visión.
- Dificultad para mover la mandíbula, tragar o hablar.
- Dolor y fatiga, debido a la contracción constante de los músculos.
- Depresión, ansiedad y aislamiento social.