Descripción general
Los trastornos disociativos son afecciones mentales que implican una pérdida de conexión entre pensamientos, recuerdos, sentimientos, entorno, comportamiento e identidad. Estas condiciones incluyen escapar de la realidad de formas que no son deseadas ni saludables. Esto causa problemas en el control de la vida cotidiana.
Los trastornos disociativos suelen surgir como reacción a acontecimientos impactantes, angustiosos o dolorosos y ayudan a alejar los recuerdos difíciles. Los síntomas dependen en parte del tipo de trastorno disociativo y pueden ir desde la pérdida de memoria hasta la desconexión de identidades. Las épocas de estrés pueden empeorar los síntomas durante un tiempo, haciéndolos más fáciles de ver.
El tratamiento para los trastornos disociativos puede incluir terapia de conversación, también llamada psicoterapia, y medicamentos. Tratar los trastornos disociativos puede ser difícil, pero muchas personas aprenden nuevas formas de afrontarlos y sus vidas mejoran.
Síntomas
Los síntomas dependen del tipo de trastorno disociativo, pero pueden incluir:
- Una sensación de estar separado de ti mismo y de tus emociones.
- Pensar que las personas y las cosas que te rodean están distorsionadas y no son reales.
- Un sentido borroso de tu propia identidad.
- Estrés grave o problemas en las relaciones, el trabajo u otras áreas importantes de la vida.
- No ser capaz de afrontar bien el estrés emocional o laboral.
- Pérdida de memoria, también llamada amnesia, de determinados periodos de tiempo, acontecimientos, personas e información personal.
- Problemas de salud mental, como depresión, ansiedad y pensamientos y comportamientos suicidas.
La Asociación Americana de Psiquiatría define tres trastornos disociativos principales: trastorno de despersonalización-desrealización, amnesia disociativa y trastorno disociativo de la identidad.
Trastorno de despersonalización-desrealización
La despersonalización implica una sensación de separación de uno mismo o de sentirse fuera de uno mismo. Puede que tengas la sensación de estar viendo tus acciones, sentimientos, pensamientos y a ti mismo desde la distancia, como si estuvieras viendo una película.
La desrealización implica sentir que otras personas y cosas están separadas de uno y parecen nebulosas o como en un sueño. Puede parecer que el tiempo se retrasa o se acelera. El mundo puede parecer irreal.
Puedes pasar por fases de despersonalización, desrealización o ambas. Los síntomas, que pueden ser muy angustiosos, pueden durar horas, días, semanas o meses. Pueden aparecer y desaparecer a lo largo de muchos años. O pueden convertirse en continuos.
Amnesia disociativa
El principal síntoma de la amnesia disociativa es una pérdida de memoria más grave que los olvidos habituales. La pérdida de memoria no puede explicarse por una afección médica. No puedes recordar información sobre ti mismo o sobre acontecimientos y personas de tu vida, especialmente de un momento en el que sentiste conmoción, angustia o dolor. Un ataque de amnesia disociativa suele producirse repentinamente. Puede durar minutos, horas o, en raras ocasiones, meses o años.
La amnesia disociativa puede ser específica de acontecimientos ocurridos en un momento determinado, como un combate intenso. Con menor frecuencia, puede implicar la pérdida total de la memoria sobre uno mismo. A veces puede implicar viajar o alejarte confusamente de tu vida. Este deambular confuso se conoce como fuga disociativa.
Trastorno disociativo de la identidad
Este trastorno, previamente conocido como trastorno de personalidad múltiple, consiste en "cambiar" a otras identidades. Puedes tener la sensación de que dos o más personas hablan o viven dentro de tu cabeza. Puede que te sientas como si estuvieras poseído por otras identidades.
Cada identidad puede tener un nombre, una historia personal y unas características únicas. Estas identidades a veces incluyen diferencias de voz, género, manierismos e incluso cualidades físicas, como la necesidad de anteojos. También hay diferencias en cuanto a la familiaridad de cada identidad con las demás. El trastorno disociativo de la identidad suele incluir también ataques de amnesia y, a menudo, momentos de deambulación confusa.
Cuándo debes consultar al médico
A veces, los síntomas del trastorno disociativo aparecen en una crisis con un comportamiento grave o impulsivo. Las personas con estos síntomas necesitan atención más urgente y en un departamento de emergencias de un hospital cuando la seguridad se convierte en una preocupación.
Si tú o un ser querido presentan síntomas menos urgentes que pueden corresponder a un trastorno disociativo, ponte en contacto con tu médico u otro profesional de atención médica para obtener ayuda.
Pensamientos o conductas suicidas
Si tienes pensamientos de hacerte daño a ti mismo o a otra persona, llama inmediatamente al 911 o al número local de emergencias o acude a un departamento de emergencias.
Comparte tus preocupaciones con un familiar o amigo de confianza. O bien, llama a la línea directa para prevención del suicidio:
- En EE. UU., llama o envía un mensaje de texto al 988 para comunicarte con la Línea de Prevención del Suicidio y Crisis 988, disponible 24 horas al día, 7 días a la semana. O utiliza el chat de Lifeline en 988lifeline.org/chat/. Los servicios son gratuitos y confidenciales.
- Si eres veterano o militar estadounidense en crisis, llama al 988 y pulsa 1, o envía un mensaje de texto al 838255. O bien, chatea a través de veteranscrisisline.net/get-help-now/chat/.
- La Línea de Prevención del Suicidio y Crisis de los Estados Unidos cuenta con una línea telefónica en español: 1-888-628-9454.
Causas
Los trastornos disociativos suelen comenzar como una forma de afrontar acontecimientos impactantes, angustiosos o dolorosos. Los trastornos se forman con mayor frecuencia en niños que sufren abusos físicos, sexuales o emocionales a largo plazo. Con menos frecuencia, los trastornos se forman en niños que han vivido en un hogar donde pasaron por momentos aterradores o nunca supieron qué esperar. El estrés de la guerra o las catástrofes naturales también pueden causar trastornos disociativos.
Cuando pasas por un acontecimiento que es demasiado para manejar emocionalmente, puedes sentir que estás saliendo de ti mismo y viendo el acontecimiento como si le estuviera sucediendo a otra persona. Escapar mentalmente de este modo puede ayudarte a superar un momento impactante, angustioso o doloroso.
Factores de riesgo
Tienes mayor riesgo de padecer un trastorno disociativo si has sufrido abusos físicos, sexuales o emocionales a largo plazo durante la infancia.
Otros eventos impactantes, preocupantes o dolorosos también pueden ocasionar la aparición de trastornos disociativos. Pueden ser guerras, catástrofes naturales, secuestros, torturas, procedimientos médicos prolongados en los primeros años de vida u otros acontecimientos.
Complicaciones
Padecer un trastorno disociativo aumenta el riesgo de complicaciones y de tener otras afecciones mentales. Estos pueden incluir:
- Depresión y ansiedad.
- Trastorno por estrés postraumático.
- Trastornos del sueño, como pesadillas, insomnio y sonambulismo.
- Síntomas físicos como aturdimiento o convulsiones que no se deben a la epilepsia.
- Trastornos de alimentación.
- Problemas con la función sexual.
- Problemas con el uso de alcohol y drogas.
- Trastornos de la personalidad.
- Problemas importantes en las relaciones personales, en la escuela y en el trabajo.
- Autolesiones o conductas de alto riesgo.
- Pensamientos y comportamiento suicidas.
Prevención
Los niños que sufren abusos físicos, emocionales o sexuales corren un mayor riesgo de desarrollar afecciones mentales, como las disociativas. Si el estrés u otros problemas personales están afectando cómo tratas a tu hijo, busca ayuda.
- Habla con una persona de confianza, como un amigo, un profesional de atención médica o un líder de tu comunidad religiosa.
- Pide ayuda para encontrar recursos, como grupos de apoyo a los padres y las madres y terapeutas familiares.
- Busca iglesias, otros grupos religiosos y programas educativos comunitarios que ofrezcan clases para padres y madres que también puedan ayudarte a aprender un estilo de crianza de los hijos más saludable.
Si tú o tu hijo sufrieron malos tratos u otro suceso impactante, angustioso o doloroso, acude inmediatamente a un médico u otro profesional de atención médica. Tu médico puede remitirte a un profesional de la salud mental que te ayude a ti o a tu hijo a recuperarse y a aprender las destrezas saludables para afrontar una situación difícil. O puedes ponerte en contacto directamente con los servicios de salud mental.