Los inhibidores de la monoaminooxidasa fueron los primeros tipos de antidepresivo utilizados. Conoce los riesgos, los beneficios y los efectos secundarios de estos antidepresivos.
Escrito por el personal de Mayo Clinic
Los inhibidores de la monoaminoxidasa fueron el primer tipo de antidepresivo desarrollado. Son eficaces, pero generalmente han sido reemplazados por antidepresivos que son más seguros y causan menos efectos secundarios.
El uso de los inhibidores de la monoaminoxidasa normalmente requiere de restricciones en la dieta y el uso de ciertos medicamentos porque pueden causar presión arterial peligrosamente alta cuando se toman con ciertos alimentos o medicamentos. A pesar de los efectos secundarios, estos medicamentos siguen siendo una buena opción para algunas personas. En ciertos casos, alivian la depresión cuando otros tratamientos han fallado.
Los antidepresivos, como los inhibidores de la monoaminoxidasa, alivian la depresión porque afectan a los mensajeros químicos (neurotransmisores) utilizados para comunicarse entre las células cerebrales. Como la mayoría de los antidepresivos, los inhibidores de la monoaminoxidasa funcionan al efectuar cambios en la química cerebral que son operativos en la depresión.
Una enzima llamada monoaminoxidasa participa en la eliminación de los neurotransmisores norepinefrina, serotonina y dopamina del cerebro. Los inhibidores de la monoaminoxidasa evitan que esto suceda, lo que hace que más de estas sustancias químicas cerebrales estén disponibles para efectuar cambios tanto en las células como en los circuitos que han sido afectados por la depresión.
Los inhibidores de la monoaminoxidasa también afectan a otros neurotransmisores en el cerebro y el sistema digestivo y, por ello, causan efectos secundarios. Los inhibidores de la monoaminoxidasa a veces se utilizan para tratar afecciones distintas de la depresión, como la enfermedad de Parkinson.
La Administración de Alimentos y Medicamentos aprobó estos IMAO para tratar la depresión:
- Isocarboxazida (Marplan)
- Fenelzina (Nardil)
- Selegilina (Emsam)
- Tranilcipromina (Parnate)
La selegilina está disponible como parche cutáneo (transdérmico). Usar un parche puede provocar menos efectos secundarios que los IMAO que se toman por vía oral. Si usas el parche de menor dosis, es posible que no necesites restricciones en la dieta, pero consulta con el médico.
Debido a los efectos secundarios y a cuestiones de seguridad, los inhibidores de la monoaminooxidasa se suelen probar cuando otros antidepresivos no funcionan.
Los efectos secundarios más frecuentes de los inhibidores de la monoaminooxidasa son los siguientes:
- Sequedad de la boca
- Náuseas, diarrea o estreñimiento
- Dolor de cabeza
- Somnolencia
- Insomnio
- Mareos o aturdimiento
- Reacción en la piel en el lugar del parche
Otros efectos secundarios posibles son:
- Espasmos del músculo liso
- Presión arterial baja
- Disminución del deseo sexual o dificultad para llegar al orgasmo
- Aumento de peso
- Dificultad para comenzar a orinar
- Calambres musculares
- Sensación de hormigueo o cosquilleo en la piel (parestesia)
Ten en cuenta estas cuestiones y analízalas con el médico antes de tomar un inhibidor de la monoaminoxidasa:
- Antidepresivos y embarazo. Algunos antidepresivos pueden hacer daño a tu hijo si los tomas durante el embarazo o la lactancia. Si estás considerando quedar embarazada, habla con tu médico o proveedor de atención para la salud mental sobre los peligros posibles de ciertos antidepresivos. No dejes de tomar tus medicamentos sin antes consultarlo con el médico.
- Interacciones con alimentos y bebidas. Los inhibidores de la monoaminoxidasa pueden tener interacciones peligrosas con ciertos alimentos y bebidas. Tendrás que evitar los alimentos que contengan altos niveles de tiramina, que es un aminoácido que regula la presión arterial. Algunos ejemplos son los quesos madurados, el chucrut, las carnes curadas, la cerveza tirada o de barril y los productos fermentados de soja (por ejemplo la salsa de soja, el miso y el tofu). La interacción de la tiramina con los inhibidores de la monoaminoxidasa ocasiona un aumento de la presión arterial a niveles peligrosos. Solicita al médico una lista completa de las restricciones alimenticias, así como de las de alcohol.
- Interacciones con otros medicamentos. Los inhibidores de la monoaminoxidasa pueden causar reacciones graves cuando se toman con ciertos medicamentos, como otros antidepresivos, algunos medicamentos para el dolor, los resfriados y las alergias, y algunos suplementos a base de plantas medicinales. Siempre verifica con el médico o farmacéutico antes de tomar cualquier otro medicamento, plantas medicinales u otros suplementos, ya sean recetados o de venta libre, mientras estés tomando un inhibidor de la monoaminoxidasa.
- Síndrome serotoninérgico. Con poca frecuencia, un inhibidor de la monoaminoxidasa causa el síndrome serotoninérgico, que es el aumento de la serotonina a niveles peligrosamente altos. En la mayoría de los casos, esto ocurre cuando se combinan dos medicamentos que elevan la serotonina. Algunos ejemplos de estos medicamentos son los siguientes: otros antidepresivos, ciertos analgésicos o medicamentos para el dolor de cabeza y la hierba de San Juan, que es un suplemento a base de una planta medicinal.
- Los signos y síntomas del síndrome serotoninérgico incluyen ansiedad, agitación, fiebre alta, sudoración, confusión, temblores, inquietud, falta de coordinación, cambios importantes en la presión arterial y taquicardia. Busca de inmediato atención médica si tienes alguno de estos signos o síntomas.
La mayoría de los antidepresivos son generalmente seguros, pero la FDA exige que todos los antidepresivos incluyan advertencias de recuadro negro, las advertencias más estrictas para las recetas. En algunos casos, los niños, adolescentes y adultos jóvenes menores de 25 años pueden tener un aumento en los pensamientos o las conductas suicidas cuando toman antidepresivos, especialmente en las primeras semanas después de comenzar o cuando se cambia la dosis.
En general no se recetan IMAO para los niños, pero se debe vigilar de cerca a toda persona que tome un antidepresivo para detectar un empeoramiento de la depresión o un comportamiento inusual. Si tú o alguien que conoces tiene pensamientos suicidas cuando toma un antidepresivo, comunícate inmediatamente con el médico o busca ayuda de emergencia.
Ten en cuenta que los antidepresivos tienden más a reducir el riesgo de suicidio a largo plazo a medida que mejora el estado de ánimo.
Habla con tu médico antes de dejar de tomar un inhibidor de la monoaminoxidasa. La interrupción del tratamiento con inhibidores de la monoaminoxidasa puede producir ansiedad, agitación e insomnio, así como síntomas similares a los de la gripe, como sudoración, escalofríos, náuseas, dolor de cabeza y malestar general (no sentirse bien).
Si interrumpes la toma de un inhibidor de la monoaminoxidasa repentinamente, es más probable que tengas una reacción de abstinencia, a veces llamada síndrome de interrupción. En raras ocasiones, se pueden presentar síntomas poco comunes de abstinencia, como confusión, desconexión de la realidad (psicosis) y convulsiones.
Es posible que debas esperar dos o más semanas entre el uso de un inhibidor de la monoaminoxidasa y otros antidepresivos para evitar el síndrome de la serotonina. Durante esas dos semanas, debes continuar con las restricciones de alimentos y bebidas, y evitar tomar medicamentos que puedan causar interacciones graves con los inhibidor de la monoaminoxidasa.
Trabaja con el médico para disminuir la dosis de forma gradual y segura.
Cada persona reacciona de manera diferente a un antidepresivo en particular y tiene más o menos probabilidades de presentar ciertos efectos secundarios. Debido a esto, un antidepresivo puede ser mejor para ti que otro. Al elegir un antidepresivo, el médico tiene en cuenta los síntomas, cualquier problema de salud que tenga el paciente, otros medicamentos que tome y lo que haya funcionado bien en el pasado.
Los rasgos hereditarios influyen en cómo te afectan los antidepresivos. En algunos casos, los resultados de los análisis de sangre especiales (si se han hecho) pueden dar pistas sobre cómo puede responder tu organismo a un antidepresivo en particular. Sin embargo, pueden influir otras variables en cómo respondes a la medicación.
Pueden pasar varias semanas o más hasta que un antidepresivo sea completamente efectivo y hasta que se alivien los efectos secundarios iniciales. El médico puede recomendar algunos ajustes en la dosis u otros antidepresivos, pero con paciencia, tú y tu médico pueden encontrar un medicamento que te sirva.
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