Es posible hacer ejercicio y disfrutar de los beneficios para la salud de la actividad física si tienes enfermedad de Crohn.

Tener la enfermedad de Crohn no significa que no puedas hacer actividad física. Cuando se hace correctamente, el ejercicio no empeorará tus síntomas. De hecho, el ejercicio regular puede:

  • Reducir la fatiga que suele causar la enfermedad de Crohn y ayudar a que te sientas con más energía.
  • Ayudarte a lidiar con emociones como la ansiedad y la depresión que pueden repercutir negativamente en tu calidad de vida.

Mantenerte activo es importante para tu salud a corto y largo plazo. Se ha demostrado que hacer solo una sesión de ejercicios que aumente tu frecuencia cardíaca reduce la presión arterial, mejora el sueño y disminuye la ansiedad el día que lo haces. El ejercicio regular puede aumentar la fuerza general, mejorar la salud de los huesos, estimular el sistema inmunitario y podría ayudar a reducir los síntomas digestivos.

Habla con tu equipo de atención médica antes de hacer cualquier actividad física para determinar qué ejercicios son mejores para ti. Hay momentos en los que el ejercicio debe limitarse. Esto sucede, especialmente, si tienes previsto someterte a un procedimiento endoscópico o quirúrgico para tratar la enfermedad de Crohn, o si te has sometido recientemente a uno. Si el equipo de atención médica te ha indicado que es seguro que hagas ejercicio, puedes probar lo siguiente:

  • Entrenamiento de resistencia. El entrenamiento de resistencia puede ayudar a fortalecer los músculos y los huesos, que pueden estar debilitados por la enfermedad de Crohn. Usa bandas elásticas o pesas libres y concéntrate en los principales grupos musculares de las piernas y el torso. Asegúrate de tomar descansos entre cada serie de ejercicios.
  • Ejercicio aeróbico. Algunos ejemplos de ejercicio aeróbico son caminar, correr, nadar y andar en bicicleta. Dependiendo de tu situación, ciertas actividades pueden ser demasiado extenuantes y desencadenar los síntomas de la enfermedad de Crohn. Si es así, cambia o limita estas actividades para satisfacer tus necesidades.

Los estudios indican que el ejercicio de intensidad moderada a vigorosa ayuda a reforzar la inmunidad y a reducir la inflamación crónica de bajo grado. Durante la actividad moderada, respiras con dificultad y puedes mantener una conversación, pero no puedes cantar. La actividad intensa significa que no puedes decir más de un par de palabras sin tener que respirar. Recuerda que, si ya haces ejercicio, no debes hacer más para aumentar la inmunidad. La actividad física repetida y extenuante puede suprimir la función inmunitaria.

No es necesario sufrir para obtener los beneficios del ejercicio. Quizás quieras explorar el yoga o el taichí. Ambos son ejercicios mentales y corporales de bajo impacto cuyo objetivo es mejorar la salud mental y física.

Si tienes un brote, limita tus actividades hasta que los síntomas estén bajo control y hayas recuperado la fuerza y energía. Trabaja con el equipo de atención médica para modificar tus actividades de modo que continúes activo de alguna manera. Por ejemplo, si tus síntomas dificultan la actividad fuera de la casa, trata de encontrar maneras de estar activo en tu casa haciendo tareas ligeras u otras tareas domésticas.

Las evacuaciones frecuentes y los medicamentos que pueden causar deshidratación son de especial preocupación cuando tienes la enfermedad de Crohn. Es importante que te hidrates adecuadamente y evites el calor extremo cuando hagas ejercicio.

Sea cual sea el ejercicio que elijas, que sea algo que te guste. Puede beneficiar tanto tu salud física como mental.

March 07, 2024