Diagnóstico
Las personas con cirrosis hepática en etapa temprana no suelen tener síntomas. A menudo, la cirrosis primero se detecta mediante un análisis de sangre o examen de rutina. Para confirmar un diagnóstico, se suelen combinar análisis de laboratorio y pruebas por imágenes.
Pruebas
El proveedor de atención médica puede pedirte una o más pruebas para revisar el hígado, entre ellas:
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Análisis de laboratorio. Puede que el proveedor de atención médica te pida análisis de sangre para buscar signos de insuficiencia hepática, como niveles altos de bilirrubina o ciertas enzimas. Para evaluar la función renal, se verifica la presencia de creatinina en la sangre. También se hace un recuento de células sanguíneas, se hacen pruebas de los virus de hepatitis y se revisa el cociente internacional normalizado (INR, por sus siglas en inglés) para evaluar la capacidad de coagulación de la sangre.
Con los antecedentes y los resultados de los análisis de sangre, es posible que el proveedor de atención médica logre diagnosticar la causa subyacente de la cirrosis. Los análisis de sangre también sirven para identificar la gravedad de la cirrosis.
- Pruebas por imágenes. Es posible que te recomienden algunas pruebas por imágenes, como la elastografía transitoria o por resonancia magnética. Estas pruebas no invasivas sirven para ver si el hígado está endurecido. También puede que te hagan otras pruebas por imágenes, como una resonancia magnética, una tomografía computarizada y una ecografía.
- Biopsia. No siempre se necesita una muestra de tejido, o biopsia, para el diagnóstico. Sin embargo, es posible que el proveedor de atención médica la use para conocer la gravedad del daño hepático y la causa.
Si tienes cirrosis, es posible que el proveedor de atención médica te recomiende pruebas regulares para ver si la enfermedad hepática ha avanzado o saber si hay signos de complicaciones, especialmente várices esofágicas y cáncer de hígado. Las pruebas no invasivas cada vez son más comunes para controlar la enfermedad hepática.
Tratamiento
El tratamiento para la cirrosis depende de su causa y de la medida del daño al hígado. Los objetivos del tratamiento son de hacer más lenta la progresión del tejido cicatricial en el hígado y de prevenir o tratar los síntomas y las complicaciones de la cirrosis. Si el daño al hígado es grave, quizás necesites internarte en el hospital.
Treatment for the underlying cause of cirrhosis
En la etapa temprana de la cirrosis, puede ser posible minimizar el daño al hígado si se trata la causa subyacente. Estas son algunas de las opciones:
- Tratamiento para la dependencia del alcohol. Las personas con cirrosis causada por el consumo excesivo de alcohol deberían intentar dejar de beber. Si dejar de beber es difícil, es posible que tu proveedor de atención médica te recomiende un programa de tratamiento para esa adicción. Si tienes cirrosis, es muy importante dejar de beber, ya que cualquier cantidad de alcohol será tóxica para el hígado.
- Pérdida de peso. Es posible que las personas con cirrosis causada por la enfermedad de hígado graso de causa no alcohólica se recuperen si pierden peso y controlan sus niveles de glucosa en la sangre.
- Medicamentos para controlar la hepatitis. Los medicamentos pueden limitar el avance del daño a las células del hígado causado por la hepatitis B o C a través de un tratamiento específico de estos virus.
- Medicamentos para controlar otras causas y síntomas de la cirrosis. Los medicamentos pueden frenar la evolución de algunos tipos de cirrosis hepática. Por ejemplo, para las personas con colangitis biliar primaria diagnosticada en una etapa temprana, los medicamentos pueden retrasar significativamente la evolución de la cirrosis.
Otros medicamentos pueden aliviar algunos síntomas, como la picazón, el cansancio y el dolor. Se puede recetar suplementos nutricionales para contrarrestar la desnutrición asociada con la cirrosis. Los suplementos también pueden ayudar a evitar la debilidad de los huesos, conocida como osteoporosis.
Tratamiento de las complicaciones de la cirrosis
El proveedor de atención médica trabajará para tratar cualquier complicación de la cirrosis, incluido lo siguiente:
- Una acumulación de líquido en el cuerpo. Una dieta baja en sodio y los medicamentos para prevenir la acumulación de líquido en el cuerpo pueden ayudar a controlar la ascitis y la hinchazón. Una acumulación de líquido más grave puede requerir procedimientos de drenaje o cirugía para aliviar la presión.
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Hipertensión portal. Algunos medicamentos para la presión arterial pueden controlar el aumento de presión en las venas que llevan sangre al hígado, llamado hipertensión portal, y prevenir un sangrado grave. El proveedor de atención médica te realizará periódicamente una endoscopia superior para buscar venas dilatadas en el esófago o estómago que podrían sangrar. Estas se conocen como várices.
Si te aparecen várices, seguramente necesitarás medicamentos para reducir el riesgo para sangrado. Si presentas signos de que las várices están sangrando o de que hay probabilidades de que comiencen a sangrar, es posible que necesites un procedimiento llamado ligadura con banda. Este procedimiento puede detener el sangrado o reducir el riesgo de que se produzcan más sangrados. En los casos graves, es posible que se deba colocar una sonda pequeña (derivación portosistémica intrahepática transyugular) en la vena para reducir la presión arterial en el hígado.
- Infecciones. Puedes recibir antibióticos u otros tratamientos para las infecciones. Es posible que el proveedor de atención médica también te recomiende vacunas para la influenza, la neumonía y la hepatitis.
- Aumento del riesgo para cáncer de hígado. Es probable que el proveedor de atención médica te recomiende análisis de sangre y ecografías regulares para buscar signos de cáncer de hígado.
- Encefalopatía hepática. Te pueden recetar medicamentos para ayudar a reducir la acumulación de toxinas en la sangre provocada por una mala función del hígado.
Cirugía de trasplante de hígado
En casos de cirrosis en etapa avanzada, cuando el hígado deja de funcionar correctamente, un trasplante de hígado quizás sea la única opción de tratamiento. Un trasplante de hígado es un procedimiento para reemplazar el hígado por otro sano de un donante fallecido o por una parte de dicho órgano de un donante vivo. La cirrosis es una de las razones más frecuentes de los trasplantes de hígado. Es necesario hacer exámenes completos a los pacientes aptos para un trasplante de hígado con el fin de determinar si están lo suficientemente sanos como para tener un buen resultado después de la cirugía.
Históricamente, las personas con cirrosis alcohólica no se consideraban aptas para trasplantes de hígado debido al riesgo de que vuelvan a consumir alcohol de manera perjudicial después del trasplante. Sin embargo, estudios recientes sugieren que las personas minuciosamente seleccionadas que tienen cirrosis alcohólica grave presentan tasas de supervivencia después del trasplante de hígado similares a las de los receptores de trasplante de hígado que tienen otros tipos de enfermedad hepática.
Para que el trasplante sea una opción si tienes cirrosis alcohólica, es necesario lo siguiente:
- Encontrar un programa que se ocupe de personas que tengan cirrosis alcohólica.
- Cumplir con los requisitos del programa, como comprometerse de por vida a no consumir alcohol, además de otros requisitos específicos del centro de trasplantes.
Posibles tratamientos futuros
Los científicos trabajan para ampliar los tratamientos actuales para la cirrosis, pero no han tenido mucho éxito. Como la cirrosis tiene una gran variedad de causas y complicaciones, existen muchos enfoques posibles. Si se empieza de forma temprana, una combinación de más exámenes de detección, cambios en el estilo de vida y nuevos medicamentos puede mejorar los resultados en personas con daños en el hígado.
Los investigadores trabajan en tratamientos que atacarán específicamente las células hepáticas, lo cual ayudará a reducir o incluso revertir la fibrosis que deriva en cirrosis. Sin embargo, ninguna terapia dirigida está lista.
Estilo de vida y remedios caseros
Si tienes cirrosis, asegúrate de limitar el daño al hígado haciendo lo siguiente:
- No bebas alcohol. Independientemente de si la cirrosis fue causada por el consumo crónico de alcohol o por otra enfermedad, no bebas alcohol. Beber alcohol puede causar aún más daño al hígado.
- Mantén una dieta baja en sodio. La sal en exceso puede hacer que el cuerpo retenga líquidos, lo que empeora la hinchazón en el abdomen y las piernas. Usa hierbas para sazonar la comida en lugar de sal. Elige comidas elaboradas que tengan poco sodio.
- Sigue una dieta saludable. Las personas con cirrosis pueden sufrir desnutrición. Puedes combatir esto con una dieta saludable que incluya variedad de frutas y verduras. Elige las proteínas magras, como las legumbres, las aves, o el pescado. No comas mariscos crudos.
- Protegerte de infecciones. La cirrosis hace que sea más difícil combatir las infecciones. Protégete evitando a las personas enfermas y lavándote las manos con frecuencia. Vacúnate contra la hepatitis A y B, la influenza y la neumonía.
- Utiliza medicamentos de venta libre con cuidado. La cirrosis hace que sea más difícil para el hígado procesar los medicamentos. Por esta razón, consulta con el proveedor de atención médica antes de tomar cualquier medicamento, incluidos los de venta libre. No tomes aspirina ni ibuprofeno (Advil, Motrin IB u otros). Si tienes daño al hígado, el proveedor de atención médica puede sugerirte que no tomes acetaminofén (Tylenol u otros) o que lo tomes en dosis bajas para aliviar el dolor.
Preparación para la consulta
Si tienes cirrosis, es posible que se te remita a un gastroenterólogo, que es un proveedor de atención médica que se especializa en el aparato digestivo, o a un hepatólogo, que es un proveedor de atención médica que se especializa en el hígado.
La siguiente información te ayudará a prepararte para la cita médica y te indicará qué esperar del proveedor de atención médica.
Qué puedes hacer
- Ten en cuenta cualquier restricción previa a la cita, como las restricciones en la dieta el día anterior a la consulta.
- Anota tus síntomas, incluido cuándo comenzaron y cómo pueden haber cambiado o empeorado con el tiempo.
- Haz una lista de todos los medicamentos, así como de cualquier vitamina o suplemento que estés tomando.
- Anota tu información médica importante, incluidas otras afecciones diagnosticadas.
- Lleva los resultados de los exámenes médicos realizados hasta el momento, incluidas copias digitales de tomografías computarizadas, imágenes por resonancia magnética o ecografías, y las diapositivas de la biopsia, si se ha realizado una biopsia del hígado.
- Anota información personal importante, incluido cualquier cambio o situación estresante reciente en tu vida.
- Lleva a un familiar o amigo contigo para que te ayude a recordar las cosas.
- Escribe las preguntas que quieras hacerle al médico.
Preguntas para hacerle a tu médico
Preparar una lista de preguntas puede ayudarte a aprovechar al máximo el tiempo. Algunas preguntas básicas son las siguientes:
- ¿Qué puede estar causando la cirrosis?
- ¿Hay alguna manera de reducir o frenar el daño hepático?
- ¿Cuáles son mis opciones de tratamiento?
- ¿Existen medicamentos o suplementos que podrían dañarme el hígado?
- ¿A qué signos y síntomas que indiquen complicaciones debo prestar atención?
- Tengo otras enfermedades. ¿Cuál es la mejor forma de controlarlas de manera conjunta?
No dudes en hacer preguntas adicionales durante la cita médica.
Qué esperar del médico
Prepárate para responder preguntas, incluidas las siguientes:
- ¿Cuándo comenzaste a tener los síntomas?
- ¿Los síntomas han sido continuos u ocasionales?
- ¿Cuál es la gravedad de los síntomas?
- ¿Existe algo que, al parecer, mejore los síntomas?
- ¿Existe algo que, al parecer, empeore los síntomas?
- ¿Con qué frecuencia bebes alcohol?
- ¿Te has expuesto a drogas ilícitas tóxicas o las has consumido?
- ¿Tienes antecedentes familiares de enfermedad hepática, hemocromatosis u obesidad?
- ¿Alguna vez has tenido hepatitis viral?
- ¿Alguna vez has tenido ictericia?
- ¿Alguna vez te han hecho una trasfusión de sangre o te has inyectado drogas ilícitas?
- ¿Tienes algún tatuaje?