El tratamiento del asma en niños de 5 a 11 años requiere algunas técnicas especializadas. Descubre consejos sobre los síntomas, los medicamentos y los planes de acción para el asma.
Escrito por el personal de Mayo Clinic
El asma en los niños es una de las causas más comunes de faltar a la escuela. La afección de las vías respiratorias puede interrumpir el sueño, el juego y otras actividades.
El asma no tiene cura. Sin embargo, tú y tu hijo pueden aliviar los síntomas. La clave es seguir un plan de acción para el asma. Es un plan escrito que elaboras con el equipo de atención médica de tu hijo. Te ayuda a hacer un seguimiento de los síntomas y modificar el tratamiento según sea necesario.
El tratamiento del asma en los niños:
- Mejora la respiración día a día.
- Reduce las crisis asmáticas.
- Ayuda a disminuir otros problemas causados por el asma.
Con el tratamiento adecuado, hasta el asma grave se puede mantener bajo control.
A continuación, se presentan algunos síntomas comunes del asma en niños de 5 a 11 años:
- Tos, en especial durante la noche
- Un pitido agudo durante la exhalación, que se denomina sibilancia
- Dificultad para respirar
- Dolor, opresión o molestia en el pecho
- Pérdida de interés en los deportes o las actividades físicas
Algunos niños tienen pocos síntomas en el día a día, pero ocasionalmente sufren ataques de asma graves. Otros niños tienen síntomas leves o que empeoran en ciertos momentos.
Puedes observar que los síntomas del asma de tu hijo empeoran:
- A la noche o temprano por la mañana
- Cuando hace actividad
- Cuando tiene un resfriado
- Cuando está expuesto a factores desencadenantes, como el humo del cigarrillo o las alergias estacionales
- Cuando tiene reacciones emocionales fuertes, como al llorar o reírse
Los ataques graves de asma pueden poner en riesgo la vida. Deben tratarse de inmediato en la sala de emergencias. Los síntomas de una emergencia de asma en niños de 5 a 11 años incluyen los siguientes:
- Problemas graves para respirar.
- Tos constante o silbido del pecho.
- Ninguna mejora después de utilizar un inhalador de "rescate" y de alivio rápido, como albuterol (ProAir HFA, Ventolin HFA, otros).
- No poder hablar sin jadear.
- Inhalación tan fuerte que el abdomen se succiona por debajo de las costillas.
- Dilatación de las fosas nasales.
- Lecturas del medidor de flujo espiratorio en la zona roja. Un medidor de flujo espiratorio es un dispositivo manual que mide la cantidad de aire que tu hijo puede exhalar rápidamente. Si la lectura está en la zona roja, significa que las vías respiratorias se estrecharon bastante.
A partir de los 5 años, los profesionales de atención médica pueden diagnosticar y hacer un seguimiento del asma en los niños con las mismas pruebas que se utilizan para los adultos. Estas incluyen la espirometría y los medidores de flujo espiratorio, que miden la cantidad de aire que tu hijo puede rápidamente expulsar de los pulmones. Esta medición indica si los pulmones funcionan bien.
Si la respiración habitual de tu hijo parece normal, se pueden realizar otras pruebas para saber si tiene asma. Se puede medir la respiración antes y después de hacer ejercicio. También se puede medir la respiración después de inhalar aire frío o un medicamento llamado metacolina. Estos tipos de pruebas se conocen como provocaciones bronquiales.
Otras pruebas que el profesional de atención médica de tu hijo puede recomendar incluyen una radiografía de tórax y pruebas de alergia.
El profesional de atención médica de tu hijo puede darle un dispositivo manual denominado medidor de flujo espiratorio. Este dispositivo mide si los pulmones funcionan bien.
Las lecturas bajas del medidor de flujo espiratorio son un signo de que el asma está empeorando. Tú y tu hijo pueden observar lecturas bajas incluso antes de notar síntomas. Esto te ayuda a saber cuándo modificar el tratamiento para evitar un brote de los síntomas del asma.
Si los síntomas del asma de tu hijo son graves, es posible que tu médico de familia o el pediatra recomienden consultar con un especialista en asma.
El objetivo del tratamiento es encontrar el tipo y la dosis adecuados de medicamento que se necesitan para controlar el asma de tu hijo. Esto ayuda a prevenir los efectos secundarios.
Tendrás que registrar si los medicamentos que tu hijo toma actualmente funcionan bien para controlar los síntomas del asma. En función de este registro, el profesional de atención médica de tu hijo puede intensificar el tratamiento con una dosis más alta o agregar otro tipo de medicina. Si el asma de tu hijo está bien controlada, el profesional de atención médica puede atenuar el tratamiento y reducir los medicamentos de tu hijo. Esto se conoce como método gradual para el tratamiento del asma.
Se conocen como medicamentos de mantenimiento. Generalmente, se toman todos los días a largo plazo para controlar el asma de larga duración. Estos medicamentos se pueden usar en determinadas estaciones si los síntomas del asma de tu hijo empeoran durante ciertos momentos del año.
Los tipos de medicamentos de control a largo plazo incluyen los siguientes:
- Corticoides inhalados. Estos medicamentos se inhalan para tratar la inflamación de las vías respiratorias que lleva a los síntomas del asma. Son los medicamentos de control a largo plazo más comunes para el asma. Incluyen la fluticasona (Flovent HFA), la budesonida (Pulmicort Flexhaler), la beclometasona (Qvar RediHaler), la ciclesonida (Alvesco, Omnaris) y la mometasona (Asmanex HFA).
Modificadores de leucotrienos. Estos medicamentos que se toman por vía oral bloquean los efectos de las sustancias químicas en el sistema inmunitario que llevan a los síntomas del asma. Incluyen montelukast (Singulair) y zafirlukast (Accolate). Se pueden utilizar solos o con corticoides inhalatorios.
En raros casos, el montelukast y el zafirlukast se vincularon con reacciones mentales. Incluyen agitación, agresiones, alucinaciones, depresión y pensamientos suicidas. Busca atención médica de inmediato si tu hijo presenta alguna reacción inusual.
Inhaladores combinados.
Contienen dos tipos de medicamentos que se inhalan: un corticoide inhalado más un medicamento que relaja los músculos de las vías respiratorias, denominado agonista beta de acción prolongada. Los inhaladores combinados incluyen las combinaciones fluticasona-salmeterol (Advair Diskus), budesonida-formoterol (Symbicort), fluticasona-vilanterol (Breo, Ellipta) y mometasona-formoterol (Dulera). En algunas situaciones, los agonistas beta de acción prolongada se vincularon con ataques graves de asma.
Los agonistas beta de acción prolongada deben administrarse a niños únicamente si se los mezcla con un corticoide en un inhalador combinado. Esto disminuye el riesgo de un ataque grave de asma.
- Medicamentos biológicos. Estas inyecciones de medicamentos se dirigen a ciertas partes del sistema inmunitario para ayudar a controlar el asma de moderada a grave. Entre ellas, se incluyen omalizumab (Xolair), dupilumab (Dupixent) y mepolizumab (Nucala). Las inyecciones se administran cada 2 a 4 semanas, según el medicamento biológico utilizado. Los niños de 6 años o más pueden recibir los beneficios de agregar este tipo de medicamentos a sus planes de tratamiento.
Estos medicamentos se denominan broncodilatadores de acción corta. Alivian los síntomas del asma de inmediato y su efecto dura entre 4 y 6 horas. El albuterol es el medicamento de alivio rápido más común para el asma. El levalbuterol (Xopenex) es otro de estos medicamentos.
Aunque estos medicamentos actúan rápidamente, no evitan que los síntomas de tu hijo se presenten de nuevo. Si los síntomas son frecuentes o graves, se necesita un medicamento de control a largo plazo, como un corticoide inhalado.
El asma de tu hijo no está controlada si necesita usar un inhalador de alivio rápido con frecuencia. Usar un inhalador de alivio rápido para controlar los síntomas pone a tu hijo en riesgo de tener un ataque grave de asma. También es un signo de que el profesional de atención médica de tu hijo debe considerar hacer cambios en el tratamiento. Haz un seguimiento del uso de medicamentos de alivio rápido. Luego, comparte esta información con el equipo de atención médica de tu hijo en cada visita.
Los ataques de asma se tratan con medicamentos de rescate y con corticoides que se toman por vía oral o se administran mediante inyección.
La mayoría de los medicamentos para el asma se administran con un dispositivo que permite que el niño respire el medicamento y este se dirija directamente a los pulmones. Los medicamentos de tu hijo se pueden administrar con alguno de los siguientes dispositivos:
- Inhalador de dosis medida. Estos pequeños dispositivos manuales son un método de administración común de los medicamentos para el asma. Para asegurarte de que tu hijo reciba la dosis correcta, se puede agregar al inhalador un cilindro hueco denominado espaciador.
- Inhaladores de polvo seco. Para la administración de ciertos medicamentos para el asma, tu hijo puede tener uno de estos dispositivos. Un inhalador de polvo seco requiere una inhalación rápida y profunda para recibir la dosis completa del medicamento.
- Nebulizador.Este dispositivo convierte el medicamento en un aerosol de partículas finas. Tu hijo inhala el aerosol a través de una mascarilla. Si los comparamos con los inhaladores, los nebulizadores pueden administrar dosis mayores de medicamentos en los pulmones. A menudo, los niños pequeños necesitan un nebulizador. Esto se debe a que les resulta difícil o imposible utilizar otros dispositivos de inhalación.
Las vacunas antialérgicas pueden ser útiles si tu hijo tiene asma alérgica que no se puede controlar fácilmente si se evitan los factores desencadenantes. Estas inyecciones se administran con el tiempo para detener o reducir los ataques de alergia que causan la exacerbación de los síntomas del asma. Estas inyecciones se conocen como inmunoterapia.
En primer lugar, a tu hijo se le realizan pruebas en la piel para descubrir qué alergenos, es decir las sustancias causantes de alergia, pueden desencadenar los síntomas del asma. Durante estas pruebas, la piel se expone a posibles alérgenos. Luego, se vigila de cerca a tu hijo para ver si aparecen síntomas de una reacción alérgica.
Una vez que se encuentran los alérgenos que desencadenan el asma, tu hijo recibe una serie de inyecciones. Estas inyecciones contienen pequeñas cantidades de esos alérgenos. Probablemente, tu hijo necesitará inyecciones antialérgicas una vez a la semana durante unos meses. Luego, debe recibir las inyecciones una vez al mes durante 3 a 5 años. Las reacciones alérgicas y los síntomas del asma de tu hijo deberían mejorar con el tiempo.
El omalizumab es un tratamiento biológico que puede ayudar a mejorar el asma alérgica que no se controla bien con corticoides inhalados.
Controlar el asma de tu hijo puede parecer abrumador al principio. Sin embargo, los siguientes pasos pueden ayudarte a que sea más fácil.
Una parte clave de controlar el asma de tu hijo es aprender qué medidas tomar de forma diaria, semanal, mensual y anual. También es importante entender el propósito de cada parte del seguimiento de los síntomas y la modificación del tratamiento. Tú, tu hijo y los cuidadores deben hacer lo siguiente:
- Entender cuáles son los distintos tipos de medicamentos para el asma y cómo funcionan.
- Aprender a reconocer y registrar los síntomas del asma que empeora.
- Saber qué hacer cuando el asma de tu hijo empeora.
Un plan de acción escrito para el asma es una herramienta importante. Te permite saber si el tratamiento funciona según los síntomas de tu hijo. Con el equipo de atención médica de tu hijo, crea un plan escrito para el asma en el que se describan los pasos necesarios para controlarla. Tú y los cuidadores de tu hijo deben tener una copia del plan. Incluye a niñeros, maestros e instructores.
El plan puede ayudarlos a ti y a tu hijo con lo siguiente:
- Controlar con qué frecuencia tu hijo tiene crisis asmáticas, es decir exacerbaciones.
- Determinar si los medicamentos controlan bien los síntomas.
- Observar cualquier efecto secundario de los medicamentos, como temblores, comportamiento irritable o problemas para dormir.
- Comprobar si los pulmones de tu hijo funcionan con un medidor de flujo espiratorio.
- Evaluar si los síntomas de tu hijo afectan sus actividades diarias, como jugar, dormir y hacer deportes.
- Modificar los medicamentos cuando los síntomas empeoren.
- Saber cuándo consultar a un profesional de atención médica o buscar atención médica de emergencia.
En muchos planes para el asma, se utiliza un sistema de semáforo con zonas verdes, amarillas y rojas que corresponden al empeoramiento de los síntomas. Este sistema puede ayudarte a identificar rápidamente si el asma de tu hijo está controlada y a detectar los síntomas de un ataque de asma. Además, en algunos planes para el asma, se utiliza un cuestionario de síntomas denominado Prueba de control para el asma, que mide si el asma de tu hijo estuvo controlada en el último mes.
Es importante ayudar a que tu hijo no esté expuesto a factores desencadenantes de los síntomas del asma. Estos factores varían de un niño a otro. Trabaja con el equipo de atención médica de tu hijo para descubrir qué factores causan la exacerbación de los síntomas del asma en el niño.
Los factores comunes desencadenantes del asma incluyen los siguientes:
- Resfriados u otras infecciones respiratorias
- Alérgenos, como ácaros del polvo o polen
- Caspa de las mascotas
- Ejercicio físico
- Clima frío
- Moho y humedad
- Exposición a cucarachas
- Humo de cigarrillo y otros irritantes que se encuentran en el aire
- Acidez estomacal grave debido a la enfermedad por reflujo gastroesofágico
Sigue y actualiza el plan de acción para el asma de tu hijo. Es clave para controlar esta afección. Haz un seguimiento minucioso de los síntomas del asma de tu hijo. Además, modifica los medicamentos según sea necesario. Si actúas con rapidez, es menos probable que tu hijo tenga un ataque grave. También es probable que no necesite muchos medicamentos para controlar los síntomas.
Con un control cuidadoso del asma, probablemente tu hijo tenga menos crisis asmáticas y más tiempo para ir a la escuela, jugar y descansar en su vida cotidiana.
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