Diagnóstico
Para diagnosticar la malformación de Chiari, un profesional de atención médica revisa tus antecedentes médicos y tus síntomas, y te hace un examen físico.
Los estudios por imágenes pueden ayudar a diagnosticar la afección y determinar la causa. Es posible que los exámenes incluyan los siguientes:
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Resonancia magnética. Con frecuencia, se utiliza una resonancia magnética para diagnosticar la malformación de Chiari. Una resonancia magnética usa ondas de radio e imanes potentes para crear una vista detallada del cuerpo.
Esta prueba segura e indolora produce imágenes tridimensionales detalladas de las diferencias estructurales en el cerebro que pueden estar contribuyendo a tus síntomas. También puede proporcionar imágenes del cerebelo y determinar si se prolonga hacia tu canal medular.
Con el tiempo, se puede volver a realizar una resonancia magnética para vigilar la afección.
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Tomografía computarizada. El profesional de la salud puede recomendar otros estudios por imágenes, como una tomografía computarizada.
Una tomografía computarizada utiliza rayos X para obtener imágenes transversales del cuerpo. Esto puede ayudar a revelar tumores cerebrales, daño cerebral, anormalidades en los huesos y vasos sanguíneos y otras afecciones.
Tratamiento
El tratamiento para la malformación de Chiari depende de tu afección. Si no tienes síntomas, el profesional de la salud probablemente no te recomendará ningún otro tratamiento que no sea el control con exámenes regulares y resonancias magnéticas.
Cuando los dolores de cabeza u otros tipos de dolor son el síntoma principal, el profesional de la salud puede recomendar analgésicos.
Reducir la presión con cirugía
La malformación de Chiari que produce síntomas, por lo general, se trata con cirugía. El objetivo es prevenir más daños en el sistema nervioso central. La cirugía también puede aliviar o estabilizar los síntomas.
Puede reducir la presión en el cerebelo y en la médula espinal, y restaurar el flujo normal del líquido cefalorraquídeo.
Para la malformación de Chiari, la cirugía más común se llama descompresión de la fosa posterior. La cirugía consiste en extraer una pequeña sección del hueso de la parte posterior del cráneo. Esto hace que se alivie la presión, ya que el cerebro tiene más espacio.
Durante la cirugía, es posible que se abra la membrana del cerebro llamada duramadre. Además, se puede coser un parche en la zona para agrandar la cubierta y proporcionar más espacio para el cerebro. Este parche puede estar hecho de un material artificial o de tejido extraído de una parte diferente del cuerpo.
El cirujano también puede extraer una pequeña porción de la columna vertebral para aliviar la presión sobre la médula espinal y darle más espacio.
La técnica quirúrgica puede variar según si hay siringomielía, que consiste en una cavidad llena de líquido, o si hay líquido en el cerebro o hidrocefalia. Si hay siringomielía o hidrocefalia, posiblemente sea necesario colocar un cilindro, llamado derivación, para drenar el exceso de líquido.
Riesgos de la cirugía y seguimiento
La cirugía implica riesgos, incluida la posibilidad de infección, líquido en el cerebro, fuga de líquido cefalorraquídeo o complicaciones con la cicatrización de la herida. Conversa sobre los riesgos y beneficios con tu cirujano a la hora de decidir si la cirugía es el tratamiento más adecuado para ti.
La cirugía logra disminuir los síntomas en la mayoría de las personas. No obstante, si ya se produjo una lesión nerviosa en el canal raquídeo, este procedimiento no revertirá el daño.
Después de la cirugía, tendrás que hacerte estudios de seguimiento frecuentes con tu profesional de la salud. Esto incluye estudios por imágenes periódicos para evaluar el resultado de la cirugía y el flujo de líquido cefalorraquídeo.
Preparación para la consulta
Es probable que, en primer lugar, consultes al profesional de la salud. Sin embargo, cuando llames para pedir una cita médica, es posible que te remitan a un médico capacitado en afecciones cerebrales y del sistema nervioso (neurólogo).
Como las citas médicas pueden ser breves y, a menudo, hay mucho de qué hablar, es una buena idea ir bien preparado. A continuación, incluimos información que te ayudará a prepararte para la cita y a saber qué puedes esperar del médico.
Qué puedes hacer
- Ten en cuenta las restricciones previas a la cita médica. Cuando programes la cita, asegúrate de preguntar si debes hacer algo con antelación.
- Anota los síntomas que tengas, incluidos aquellos que quizás no parezcan estar relacionados con el motivo de la cita. Por ejemplo, aunque tu problema principal pueda ser el dolor de cabeza, coméntale a tu profesional de la salud si notaste cambios en la vista, en el habla o la coordinación.
- Anota información personal clave, como episodios de estrés y cambios recientes en tu vida que sean importantes.
- Haz una lista con tu información médica importante, incluyendo otras afecciones para las cuales recibes tratamiento y los nombres de los medicamentos que estés tomando.
- Pide a un familiar o a un amigo que te acompañe, de ser posible. A veces puede ser difícil recordar toda la información que se proporciona durante una cita médica. La persona que te acompañe puede recordar algún detalle que tú hayas pasado por alto u olvidado.
- Anota las preguntas que quieras hacerle al profesional de la salud.
Preparar una lista de preguntas te ayudará a aprovechar al máximo el tiempo limitado de la consulta. Clasifica las preguntas de las más a las menos importantes, en caso de que se acabe el tiempo. Estas son algunas preguntas básicas que puedes hacer sobre la malformación de Chiari:
- ¿Cuál podría ser la causa de mis síntomas o de mi afección?
- Además de la más probable, ¿cuáles son las causas posibles de mis síntomas o mi afección?
- ¿Qué tipo de pruebas necesitan hacerme?
- ¿Necesito recibir tratamiento?
- Si cree que no necesito ser tratado ahora, ¿cómo seré monitoreado para detectar cambios en mi afección?
- Si recomienda la cirugía, ¿qué debo esperar de mi recuperación?
- ¿Cuáles son las posibles complicaciones de la cirugía?
- ¿Cuál es mi pronóstico a largo plazo después de la cirugía?
- Tengo otras enfermedades. ¿Cuál es la mejor manera de controlar estas enfermedades de manera conjunta?
- ¿Debo respetar alguna restricción?
- ¿Debería consultar con un especialista? ¿Cuánto costará eso?, ¿cubrirá mi seguro la consulta con un especialista?
- ¿Tiene algún folleto u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda visitar?
Además de las preguntas que preparaste, no dudes en hacer otras preguntas durante la cita médica en caso de que no comprendas algo.
Qué esperar del médico
El profesional de la salud puede hacerte algunas preguntas. Estar preparado para responderlas puede darte tiempo para analizar los puntos que quieras tratar con mayor detenimiento. Es posible que el profesional de la salud te pregunte lo siguiente:
- ¿Cuándo comenzaste a tener los síntomas?
- ¿Han sido los síntomas continuos u ocasionales?
- Si tienes dolor de cabeza y cuello, ¿empeora al estornudar, toser o hacer algún esfuerzo?
- ¿Qué tan intenso es el dolor de cabeza y cuello?
- ¿Has notado algún cambio en la coordinación, incluidos problemas con el equilibrio o con la coordinación de las manos?
- ¿Sientes entumecimiento u hormigueo en las manos y los pies?
- ¿Has experimentado alguna dificultad para tragar?
- ¿Tienes episodios de mareo o desmayo? ¿Te has desmayado alguna vez?
- ¿Has tenido algún problema en los ojos y oídos, como visión borrosa, o un timbre o zumbido en los oídos?
- ¿Tuviste problemas para controlar la vejiga?
- ¿Ha notado alguien alguna vez que dejas de respirar mientras duermes?
- ¿Has estado tomando analgésicos o usando otros métodos para aliviar el malestar? ¿Hay algo que parezca funcionar?
- ¿Tienes algún síntoma adicional como pérdida auditiva, fatiga o cambios en tus hábitos intestinales o tu apetito?
- ¿Te han diagnosticado alguna otra afección?
- ¿Se ha diagnosticado a alguien de tu familia con malformación de Chiari?