Diagnóstico
Generalmente, los médicos pueden diagnosticar bursitis de acuerdo con la historia clínica y una exploración física. Las pruebas, si son necesarias, pueden ser:
- Pruebas de diagnóstico por imágenes. Las imágenes de rayos X no pueden establecer de manera segura el diagnóstico de una bursitis, pero pueden ayudar a descartar otras causas del malestar. Es posible que se haga una ecografía o una resonancia magnética si no se puede diagnosticar la bursitis fácilmente con la exploración física sola.
- Análisis de laboratorio. El médico podría indicarte análisis de sangre o un análisis del líquido de la bolsa sinovial inflamada para identificar la causa de la inflamación y el dolor en las articulaciones.
Tratamiento
La bursitis suele mejorar sola. Algunas medidas conservadoras, como descansar, ponerte hielo y tomar un analgésico, pueden aliviar la molestia. Si las medidas conservadoras no funcionan, es posible que necesites:
- Medicamentos. Si una infección causó la inflamación de la bolsa sinovial, el médico puede recetar un antibiótico.
- Terapia. La fisioterapia o los ejercicios físicos pueden fortalecer los músculos de la zona afectada, y así aliviar el dolor y prevenir la reaparición.
- Inyecciones. Una inyección de corticoesteroides en la bolsa del hombro o la cadera puede aliviar el dolor y la inflamación. Por lo general, este tratamiento actúa rápidamente y, en muchos casos, solo se necesita una inyección.
- Dispositivos de asistencia. El uso temporal de un bastón u otro dispositivo ayudará a aliviar la presión en la zona afectada.
- Cirugía. A veces, una bolsa sinovial inflamada se puede drenar quirúrgicamente, pero muy pocas veces es necesaria la extirpación quirúrgica de la bolsa afectada.
Estilo de vida y remedios caseros
Algunas medidas que puedes tomar para aliviar el dolor por una bursitis son:
- Deja reposar y no hagas un uso excesivo de la zona afectada.
- Coloca hielo para reducir la hinchazón durante las primeras 48 horas a partir de la aparición de los síntomas.
- Aplica calor seco o húmedo, como compresas calientes o toma un baño caliente.
- Toma algún medicamento de venta libre, como ibuprofeno (Advil, Motrin IB u otros) o naproxeno sódico (Aleve u otros), para calmar el dolor y reducir la inflamación. Algunos de ellos están disponibles para aplicarse en la piel.
- Si duermes de costado, ponte una almohada pequeña entre las piernas para protegerte las rodillas.
Preparación para la consulta
Es probable que comiences por consultar con el médico de cabecera, quien podría derivarte a un médico que se especializa en trastornos de las articulaciones (reumatólogo).
Qué puedes hacer
Prepara una lista que comprenda lo siguiente:
- Descripciones detalladas de tus síntomas y cuándo comenzaron
- Información acerca de tu historia clínica y la de tu familia
- Todos los medicamentos y suplementos dietéticos que tomes, incluso las dosis
- Preguntas para hacerle al médico
Para la bursitis, algunas preguntas que puedes hacerle al médico son:
- ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas?
- ¿Cuáles son otras causas posibles?
- ¿Qué pruebas debo hacerme?
- ¿Qué enfoque de tratamiento me recomiendas?
- Tengo otros problemas de salud. ¿Cuál es la mejor manera de controlarlos de manera conjunta?
- ¿Será necesario que limite mis actividades?
- ¿Tiene algún folleto u otro material impreso que pueda llevar? ¿Qué sitios web me recomiendas?
Qué esperar del médico
Durante la exploración física, el médico presionará varios puntos alrededor de la articulación afectada para intentar determinar si el dolor lo está causando una bolsa específica.
El médico también te puede hacer preguntas, como las siguientes:
- ¿El dolor apareció de repente o en forma gradual?
- ¿Qué clase de trabajo realiza?
- ¿Cuáles son tus pasatiempos o actividades recreativas?
- ¿El dolor ocurre o empeora durante ciertas actividades, como arrodillarse o subir escaleras?
- ¿Te has caído recientemente o has tenido otra lesión?
- ¿Qué tratamientos has probado?
- ¿Qué efecto tuvieron esos tratamientos?