Diagnóstico

El proveedor de atención médica examinará la espalda y evaluará tu capacidad para sentarte, estar de pie, caminar y levantar las piernas. También puede pedirte que califiques el dolor en una escala del 0 al 10 y hablar contigo sobre cómo afecta tus actividades diarias.

Estas evaluaciones ayudan a determinar de dónde proviene el dolor, cuánto puedes moverte hasta que el dolor te obliga a detenerte y si tienes espasmos musculares. También pueden ayudar a descartar causas más graves del dolor de espalda.

Una o más de estas pruebas pueden ayudar a identificar la causa del dolor de espalda:

  • Radiografía. Estas imágenes muestran artritis o huesos rotos. Por sí solas, no mostrarán problemas en la médula espinal, los músculos, los nervios ni los discos.
  • Resonancia magnética o tomografía computarizada. Estas exploraciones generan imágenes que pueden revelar si tienes una hernia de disco o problemas en los huesos, músculos, tejidos, tendones, nervios, ligamentos y vasos sanguíneos.
  • Análisis de sangre. Estos análisis pueden ayudar a determinar si tienes una infección u otra afección que pueda estar causando el dolor.
  • Estudios de los nervios. La electromiografía mide los impulsos eléctricos producidos por los nervios y las respuestas de los músculos. Esta prueba puede confirmar una presión en los nervios causada por una hernia de disco o el estrechamiento del canal raquídeo (estenosis espinal).

Tratamiento

La mayoría de los dolores de espalda mejoran en el plazo de un mes de tratamiento en casa, sobre todo en el caso de las personas menores de 60 años. No obstante, en muchos casos, el dolor dura varios meses.

Los analgésicos y el uso de calor podrían ser todo lo que necesitas. No se recomienda el reposo en cama.

Continúa con tus actividades en la medida de lo posible, a pesar del dolor de espalda. Prueba actividades de menor esfuerzo, como caminar. Deja de hacer las actividades que aumentan el dolor, pero no evites actividades por temor a este. Si los tratamientos en casa no funcionan después de varias semanas, el proveedor de atención médica podría recomendarte medicamentos más fuertes u otras terapias.

Medicamentos

Los medicamentos dependen del tipo de dolor de espalda. Estos podrían incluir:

  • Analgésicos. Los antiinflamatorios no esteroides (AINE), como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB u otros) o el naproxeno sódico (Aleve), podrían dar buenos resultados. Toma estos medicamentos solo según las indicaciones. El uso excesivo puede provocar efectos secundarios graves. Si los analgésicos que se pueden comprar sin receta médica no ayudan, el proveedor de atención médica podría indicar AINE de compra con receta médica.
  • Relajantes musculares. Si el dolor de espalda de leve a moderado no mejora con analgésicos, un relajante muscular podría ayudar. Los relajantes musculares pueden provocar mareos y somnolencia.
  • Analgésicos tópicos. Estos productos, entre los que se incluyen cremas, bálsamos, ungüentos y parches, administran sustancias analgésicas a través de la piel.
  • Narcóticos. Los medicamentos que contienen opioides, como la oxicodona o la hidrocodona, se pueden usar durante un período breve de tiempo con una rigurosa supervisión médica.
  • Antidepresivos. Se ha demostrado que algunos tipos de antidepresivos, en particular, la duloxetina (Cymbalta) y los antidepresivos tricíclicos, como la amitriptilina, alivian el dolor de espalda crónico.

Fisioterapia

Un fisioterapeuta puede enseñarte ejercicios para aumentar la flexibilidad, fortalecer la espalda y los músculos abdominales, y mejorar la postura. El uso frecuente de estas técnicas puede ayudar a evitar que el dolor vuelva a presentarse. Los fisioterapeutas también te enseñarán cómo modificar los movimientos cuando se presente el dolor de espalda para evitar aquellos síntomas de exacerbación del dolor sin dejar de mantenerte activo.

Cirugías y otros procedimientos

Algunos procedimientos que se usan para tratar el dolor de espalda pueden incluir los siguientes:

  • Inyecciones de cortisona. Si otras medidas no alivian el dolor que se extiende hacia la pierna, podría ayudar la combinación de una inyección de cortisona y un medicamento anestésico en el espacio que rodea la médula espinal y las raíces nerviosas. Una inyección de cortisona ayuda a disminuir la inflamación alrededor de las raíces nerviosas, pero el alivio del dolor generalmente dura solo uno o dos meses.
  • Ablación por radiofrecuencia. Este procedimiento consiste en introducir una aguja fina a través de la piel cerca de la zona que está causando el dolor. A través de la aguja, se hacen pasar ondas de radio para dañar los nervios cercanos. Los daños en los nervios afectan a las señales de dolor que llegan al cerebro.
  • Estimuladores nerviosos implantados. Los dispositivos que se implantan debajo de la piel pueden trasmitir impulsos eléctricos a determinados nervios con el fin de bloquear las señales de dolor.
  • Cirugía. La cirugía para crear más espacio dentro de la columna vertebral suele ser útil para las personas que tienen una creciente debilidad muscular o un dolor de espalda que se extiende hacia la pierna. Estos problemas pueden estar relacionados con las hernias de disco u otras afecciones que estrechan las aberturas dentro de la columna vertebral.

Medicina alternativa

Varios tratamientos alternativos pueden aliviar el dolor de espalda. Habla siempre de los beneficios y riesgos con el proveedor de atención médica antes de comenzar una nueva terapia alternativa.

  • Atención quiropráctica. Un quiropráctico manipula la espina dorsal para aliviar el dolor.
  • Acupuntura. Un profesional de la salud especializado en acupuntura inserta agujas finas esterilizadas en la piel en puntos específicos del cuerpo. Un conjunto creciente de evidencia científica indica que la acupuntura puede ser útil para tratar el dolor de espalda.
  • Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea. Un dispositivo que funciona con baterías y que se coloca sobre la piel envía impulsos eléctricos al área dolorida. Los resultados de los estudios han variado en cuanto a la eficacia de la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea.
  • Masajes. Si el dolor de espalda se debe a músculos tensos o sobrecargados, los masajes podrían ayudar.
  • Yoga. Hay varios tipos de yoga, una disciplina amplia que supone practicar posiciones o posturas específicas, ejercicios de respiración y técnicas de relajación. Mediante el yoga se puede estirar y fortalecer los músculos y mejorar la postura. Es posible que las personas con dolor de espalda deban modificar algunas posturas si se agravan los síntomas debido a estas.

Preparación para la consulta

Si tu dolor de espalda persiste a pesar del tratamiento en casa, consulta al proveedor de atención médica. A continuación, encontrarás información que te ayudará a prepararte para la cita médica.

Lo que puedes hacer

Prepara una lista de lo siguiente:

  • Tu información personal importante, incluidos los factores de estrés mental o emocional de tu vida.
  • Tus síntomas y cuándo comenzaron.
  • Todos los medicamentos, las vitaminas y otros suplementos que tomes, incluidas las dosis.
  • Preguntas para hacerle al proveedor de atención médica.

Si es posible, pide a un familiar o a un amigo que te acompañe para que te ayude a recordar la información que recibas.

Para el dolor de espalda, algunas de las preguntas para hacerle al proveedor de atención médica son las siguientes:

  • ¿Cuál es la causa más probable del dolor de espalda?
  • ¿Necesito pruebas?
  • ¿Qué enfoque de tratamiento me recomienda?
  • Si recomienda medicamentos, ¿cuáles son los posibles efectos secundarios?
  • Tengo otras enfermedades. ¿Cuál es la mejor forma de controlarlas de manera conjunta?
  • ¿Durante cuánto tiempo necesitaré tratamiento?
  • ¿Qué medidas de autocuidado debo tomar?
  • ¿Qué puedo hacer para evitar que el dolor de espalda vuelva a aparecer?

Qué esperar de tu médico

Es probable que el médico te haga preguntas como las siguientes:

  • ¿Alguna vez te has lesionado la espalda?
  • ¿Es constante el dolor?
  • ¿Afecta el dolor a tu capacidad para desenvolverte? ¿De qué manera?
  • Además del dolor de espalda, ¿presentas otros signos o síntomas?
  • ¿Haces trabajo físico pesado?
  • ¿Haces ejercicio regularmente? ¿Qué tipo de actividades haces?
  • ¿Con qué frecuencia te sientes deprimido o con ansiedad?
  • ¿Duermes bien?
  • ¿Qué tratamientos o medidas de cuidado personal has probado hasta ahora? ¿Alguno ha dado buenos resultados?