Diagnóstico

Las pruebas y procedimientos que se usan para diagnosticar la hepatitis autoinmunitaria incluyen las siguientes:

  • Análisis de sangre. Analizar una muestra de sangre para detectar anticuerpos permite distinguir la hepatitis autoinmunitaria de la hepatitis vírica y otras afecciones con síntomas similares. Las pruebas de anticuerpos también permiten precisar el tipo de hepatitis autoinmunitaria que tienes.
  • Biopsia de hígado. Se puede tomar una muestra de tejido hepático para confirmar el diagnóstico y determinar el grado y el tipo de daño hepático. Durante la biopsia, se introduce una aguja fina en el hígado a través de un corte pequeño en la piel. La aguja se usa para extraer una muestra pequeña de tejido del hígado. Luego, la muestra se envía a un laboratorio para analizarla.

Tratamiento

El objetivo del tratamiento para la hepatitis autoinmunitaria es hacer más lento o detener el ataque del sistema inmunitario al hígado. Esto puede prolongar el tiempo antes de que la enfermedad empeore. Para alcanzar este objetivo, es probable que necesites medicamentos que disminuyan la actividad del sistema inmunitario. El primer tratamiento suele ser la prednisona. Pueden recomendarte un segundo medicamento, la azatioprina (Azasan, Imuran), además de la prednisona.

La prednisona, especialmente cuando se toma por mucho tiempo, puede causar diversos efectos secundarios graves, como diabetes, debilitamiento o fractura de huesos, presión arterial alta, cataratas, glaucoma y aumento de peso.

Los profesionales de atención médica suelen recetar prednisona en dosis altas durante el primer mes de tratamiento. Luego, para reducir el riesgo de efectos secundarios, disminuyen progresivamente la dosis durante los siguientes meses hasta alcanzar la dosis más baja posible que controle la enfermedad. Añadir azatioprina también ayuda a evitar los efectos secundarios de la prednisona.

Aunque puedes experimentar una remisión unos años después de iniciar el tratamiento, la enfermedad suele reaparecer si se suspende el medicamento. Según tu situación, es posible que necesites tratamiento de por vida.

Trasplante de hígado

Cuando los medicamentos no impiden que la enfermedad empeore o aparece cirrosis, que es una formación de cicatrices irreversible, o insuficiencia hepática, la única opción es el trasplante de hígado.

Este trasplante consiste en extirpar el hígado afectado por la enfermedad y reemplazarlo con uno sano de un donante. En la mayoría de los trasplantes de hígado, se utilizan hígados de donantes fallecidos. En algunos casos, se puede hacer un trasplante de hígado de un donante vivo. En este tipo de trasplante, recibes solo una parte de un hígado sano de un donante vivo. Ambos hígados comienzan a regenerar células nuevas casi de inmediato.

Preparación para la consulta

Si tienes algún síntoma que te preocupa, comienza por programar una cita con algún miembro de tu equipo de atención médica primaria. Si tu equipo de atención médica sospecha que tienes hepatitis autoinmunitaria, es posible que te remita a un especialista en enfermedades hepáticas o hepatólogo.

Como las citas pueden ser breves y suele haber mucho de qué hablar, es aconsejable ir bien preparado. A continuación, encontrarás información que te ayudará a prepararte y a saber lo que puedes esperar.

Qué puedes hacer

  • Ten en cuenta las restricciones previas a la cita. Cuando programes la cita, asegúrate de preguntar si debes hacer algo con anticipación, por ejemplo, restringir tu alimentación.
  • Anota los síntomas que tengas, incluidos aquellos que quizás no parezcan estar relacionados con el motivo de la cita.
  • Anota información personal de importancia, como situaciones de gran estrés o cambios recientes en tu vida.
  • Haz una lista de todos los medicamentos, las vitaminas o los suplementos que tomas.
  • Lleva a un familiar o amigo contigo para que te ayude a recordar todo lo que se habló en la consulta.
  • Anota las preguntas que quieres hacerle al equipo de atención médica.

Con respecto a la hepatitis autoinmunitaria, puedes hacer algunas de estas preguntas básicas:

  • ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas?
  • ¿Existen otras causas posibles?
  • ¿Qué pruebas deben hacerme para confirmar que tengo hepatitis autoinmunitaria?
  • ¿Cuál es la gravedad del daño hepático?
  • ¿Es probable que mi afección sea temporal o crónica?
  • ¿Cuáles son mis opciones de tratamiento?
  • ¿Puede el tratamiento curar mi hepatitis autoinmunitaria?
  • ¿Cuáles son los posibles efectos secundarios de cada opción de tratamiento?
  • ¿Cómo puede el tratamiento de la hepatitis autoinmunitaria afectar el control de mis otras enfermedades?
  • ¿Puede alguno de mis medicamentos o hábitos causarme problemas hepáticos o agravar los que ya tengo?
  • ¿Debo restringir mi alimentación de alguna manera?
  • ¿Debería consultar con un especialista?
  • ¿Existe alguna alternativa genérica al medicamento que me receta?
  • ¿Tiene folletos u otros materiales impresos que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?
  • ¿Con qué frecuencia tendré que asistir a consultas de seguimiento?

Qué esperar del médico

Es probable que, durante la cita, te hagan algunas preguntas. Estar preparado para responderlas puede ahorrarte tiempo para hablar sobre cualquier punto que quieras tratar con mayor detenimiento. Es posible que te pregunten lo siguiente:

  • ¿Cuándo comenzaste a tener los síntomas?
  • ¿Han sido los síntomas continuos u ocasionales?
  • ¿Cuál es la intensidad de los síntomas?
  • ¿Hay algo que parezca mejorar o empeorar los síntomas?
  • ¿Tomas algún medicamento o haces algún tratamiento para tus síntomas?
  • ¿Tienes antecedentes familiares de enfermedad hepática?