No permitas que las alergias a las mascotas, al polvo, al moho o al polen te hagan sentir miserable en tu propia casa. Puedes tomar estas medidas en cada habitación para tener una vivienda sin alérgenos.

Escrito por el personal de Mayo Clinic

Si tienes síntomas de rinitis alérgica o asma alérgica durante todo el año, sigue unos pasos para reducir la cantidad de alérgenos en tu hogar. A continuación incluimos algunas sugerencias, habitación por habitación.

  1. Cama y ropa de cama. Cubre las almohadas, los colchones y los somieres con fundas antiácaros del polvo. Lava las sábanas, las fundas de almohada y las mantas por lo menos una vez a la semana con agua caliente a 130 °F (54 °C) como mínimo. Retira, lava o cubre los edredones. Reemplaza la ropa de cama de lana o de plumas con materiales sintéticos.
  2. Pisos. Retira las alfombras y ten pisos de madera dura o de linóleo y tapetes lavables. Si esa no es una opción posible, utiliza alfombras de pelo corto en lugar de alfombras de pelo largo y límpialas todas las semanas con una aspiradora que tenga un filtro para partículas pequeñas o un filtro altamente eficaz para partículas suspendidas (HEPA, por sus siglas en inglés). Lava frecuentemente la alfombra con champú.
  3. Cortinas y persianas. Ten cortinas lavables hechas de algodón liso o tela sintética. Reemplaza las persianas horizontales por persianas tipo rodillo lavables.
  4. Ventanas. Cierra las ventanas y utiliza el aire acondicionado durante la temporada de polen. Limpia el moho y la condensación de los marcos de las ventanas y los alféizares. Coloca ventanas de doble vidrio si vives en una zona de clima frío.
  5. Mobiliario. Elige sillas, tocadores y mesitas de noche de cuero, madera, metal o plástico fáciles de limpiar. Si es posible, no tengas muebles tapizados.
  6. Desorden. Retira los objetos que acumulan polvo, como chucherías, adornos de mesa, libros y revistas. Guarda los juguetes, juegos y peluches de los niños en recipientes de plástico.
  7. Mascotas. Si no encuentras un nuevo hogar para tu perro, gato u otra mascota que tenga pelo, al menos mantén a los animales fuera del dormitorio. Bañar a las mascotas por lo menos una vez a la semana puede reducir la cantidad de alérgenos en la caspa que eliminan. No dejes que el animal te lama.
  8. Filtración de aire. Elige un filtro de aire de partículas pequeñas o un filtro HEPA. Intenta acomodar el filtro de aire para que dirija el aire limpio hacia tu cabeza cuando duermes.
  1. Pisos. Retira las alfombras y usa pisos de madera dura o linóleo y tapetes lavables. Si esa no es una opción posible, utiliza alfombras de pelo corto en lugar de alfombras de pelo largo y límpialas todas las semanas con una aspiradora que tenga un filtro para partículas pequeñas o un filtro de aire de partículas de alta eficiencia (HEPA). Lava las alfombrillas y esterillas todas las semanas, y lava las alfombras de pared a pared con champú periódicamente.
  2. Muebles. Considera reemplazar las sillas y los sillones tapizados por muebles hechos de cuero, madera, metal o plástico.
  3. Cortinas y persianas. Usa cortinas lavables hechas de algodón liso o tela sintética. Reemplaza las persianas horizontales por persianas tipo rodillo lavables.
  4. Ventanas. Cierra las ventanas y utiliza el aire acondicionado durante la temporada de polen. Limpia el moho y la condensación de los marcos de las ventanas y los alféizares. Utiliza ventanas de doble vidrio si vives en una zona de clima frío.
  5. Plantas. Busca un nuevo hogar para las plantas en macetas o coloca grava para acuario sobre la tierra para ayudar a contener el moho.
  6. Mascotas. Si no puedes encontrar un nuevo hogar para tu perro o gato, considera la posibilidad de mantenerlo afuera, si el clima lo permite.
  7. Chimeneas. Evita el uso de chimeneas o estufas a leña, ya que el humo y los gases pueden empeorar las alergias respiratorias. La mayoría de las chimeneas de gas natural no provoca este problema.
  1. Cocina. Instala y usa un extractor de aire con sistema de ventilación para eliminar los vapores de la cocción y reducir la humedad. La mayoría de las campanas de cocina simplemente filtran las partículas pero no las despiden al aire libre.
  2. Fregadero. Lava los platos a diario. Limpia el fregadero y los grifos para quitar el moho y los restos de alimentos.
  3. Refrigerador. Limpia la humedad excesiva para evitar la aparición de moho. Desecha los alimentos vencidos o enmohecidos. Vacía y limpia regularmente la bandeja de goteo y limpia o reemplaza los sellos de goma con moho alrededor de las puertas.
  4. Alacenas y mesadas. Limpia las alacenas y las mesadas con detergente y agua. Revisa las alacenas que se encuentran debajo del fregadero para detectar filtraciones de plomería. Guarda los alimentos, incluso el alimento de las mascotas, en contenedores cerrados.
  5. Desperdicios de comida. Coloca la basura en un recipiente con tapa a prueba de insectos y vacíalo a diario. Mantener la cocina libre de migas de comida ayudará a reducir la posibilidad de que tengas roedores o cucarachas.
  1. Ventilación. Instala y usa un extractor de aire para reducir la humedad mientras te bañas o te duchas.
  2. Pisos. Retira las alfombras y usa pisos de azulejo, vinilo, madera o linóleo. Usa alfombras lavables.
  3. Paredes. Quita el papel tapiz e instala azulejos, o pinta las paredes con pintura esmaltada antimoho.
  4. Ducha y bañera. Seca con una toalla la bañera y las mamparas después de usarlas. Limpia el moho de la bañera, la ducha y los grifos con blanqueador. Limpia o sustituye las cortinas y las alfombras de baño que tengan moho.
  5. Inodoro y lavabo. Retira el moho de los accesorios de plomería con un trapo. Repara las pérdidas.
  1. Pisos. Quita las alfombras húmedas o dañadas por el agua. De ser posible, usa pisos de concreto, vinilo o linóleo.
  2. Muebles. Considera reemplazar las sillas y los sillones tapizados por muebles hechos de cuero, madera, metal o plástico.
  3. Cimientos, ventanas y huecos de escaleras. Busca y repara cualquier fuente de pérdida o daño por agua.
  4. Calidad del aire. Usa un deshumidificador para reducir la humedad y límpialo una vez por semana.
  5. Almacenamiento. Almacena artículos de colección y ropa en recipientes de almacenamiento de plástico.
  6. Secador de ropa. Ventila la humedad al aire libre.
  1. Temperatura y humedad. Las casas calurosas y húmedas son ambientes ideales para que se presenten los ácaros del polvo y el moho. Mantén la temperatura entre 68 °F (20 °C) y 72 °F (22 °C) y la humedad relativa a no más de un 50 %. Limpia o reemplaza los filtros de partículas pequeñas en la calefacción central, los sistemas de refrigeración y en los aires acondicionados al menos una vez al mes.
  2. Plagas. Controla las cucarachas y los ratones con trampas económicas que se consiguen en la ferretería. Si no son eficaces, contrata a un profesional en control de plagas. Para eliminar los residuos de ratones e insectos que provocan alergia, aspira las alfombras minuciosamente y lava las superficies duras. Para prevenir una nueva plaga, sella las grietas u otras entradas posibles.
  3. Moho. Cierra las puertas y ventanas cuando el clima es cálido, y usa aire acondicionado y deshumidificadores. Elimina los materiales contaminados que no se pueden lavar, como las alfombras. Limpia los materiales lavables con una solución de lejía de cloro al 5 % y usa una mascarilla protectora cuando limpies el moho. Comprueba que el techo y los techos no tengan goteras.
  4. Rutina de limpieza semanal. Pasa una mopa húmeda en los suelos de madera o linóleo y aspira las alfombras. Usa una aspiradora con un filtro de partículas pequeñas o un filtro de aire de partículas de alta eficiencia (HEPA, por sus siglas en inglés). Usa un paño húmedo para limpiar otras superficies, incluidos los marcos de las puertas, alféizares y marcos de las ventanas. Si tienes alergias, usa una máscara antipolvo o pide a alguien que no tenga alergias que lo haga.
  5. Fumar. No permitas que se fume dentro de tu casa.
Sept. 20, 2024