Diagnóstico

La agorafobia se diagnostica en función de lo siguiente:

  • Síntomas.
  • Entrevista en profundidad con el proveedor de atención médica o con un proveedor de atención para la salud mental.
  • Examen físico para descartar otras afecciones que puedan estar causando los síntomas.

Tratamiento

El tratamiento de la agorafobia generalmente incluye psicoterapia, también llamada terapia de conversación, y medicamentos. Puede llevar tiempo, pero el tratamiento puede ayudarte a mejorar.

Psicoterapia

En la psicoterapia se trabaja con un terapeuta para establecer metas y aprender habilidades prácticas para reducir los síntomas de la ansiedad. La terapia cognitivo conductual es la forma más eficaz de psicoterapia para los trastornos de ansiedad, incluida la agorafobia.

La terapia cognitivo conductual se enfoca en enseñarte habilidades específicas para tolerar mejor la ansiedad, manejar directamente tus preocupaciones y regresar progresivamente a las actividades que has evitado debido a la ansiedad. La terapia cognitivo conductual suele ser un tratamiento a corto plazo. A través de este proceso, tus síntomas mejoran a medida que logras resultados satisfactorios en la etapa inicial.

Puedes aprender lo siguiente:

  • Los factores que pueden desencadenar un ataque de pánico o síntomas similares al pánico y qué los hace empeorar.
  • Maneras de afrontar y tolerar los síntomas de la ansiedad.
  • Formas de afrontar directamente lo que te preocupa, como pensar que probablemente ocurran cosas malas en situaciones sociales.
  • La ansiedad disminuye progresivamente y los resultados temidos no suelen suceder si no intentas escapar de las situaciones y las enfrentas el tiempo suficiente como para aprender de ellas.
  • Formas de encarar situaciones a las que temes o que evitas de manera gradual, predecible, controlable y repetitiva. También conocida como terapia de exposición, esta es la parte más importante del tratamiento de la agorafobia.

Si tienes problemas para salir de tu casa, es probable que te preguntes cómo puedes ir al consultorio del terapeuta. Los terapeutas que tratan la agorafobia son conscientes de este problema.

Si sientes que estás confinado en tu casa por la agorafobia, busca un terapeuta que pueda ayudarte a encontrar alternativas a las citas en el consultorio, al menos en la primera etapa del tratamiento. Es posible que el terapeuta primero te ofrezca ir a tu casa, o puedes encontrarte con él en un lugar que consideres seguro. Algunos terapeutas también pueden ofrecer algunas sesiones por video, por teléfono o por correo electrónico.

Si la agorafobia es tan grave que no puedes acceder a la atención médica, tal vez te resulte útil un programa hospitalario más intensivo que se especialice en el tratamiento de la ansiedad. Un programa intensivo para pacientes ambulatorios suele consistir en ir a una clínica u hospital medio día o un día completo durante al menos dos semanas para trabajar en las habilidades y así manejar mejor la ansiedad. En algunos casos, es posible que sea necesario un programa residencial. Esto incluye quedarse en el hospital durante un tiempo mientras recibes el tratamiento para un caso grave de ansiedad.

Es posible que quieras llevar a un familiar o amigo de confianza a la cita, quien puede reconfortarte, ayudarte y asesorarte, de ser necesario.

Medicamentos

Algunos tipos de antidepresivos se usan con frecuencia para tratar la agorafobia. A veces los medicamentos para tratar la ansiedad se usan de manera limitada. Los antidepresivos son más eficaces que los medicamentos para tratar la ansiedad en el tratamiento de la agorafobia.

  • Antidepresivos. Algunos antidepresivos, llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como fluoxetina (Prozac) y sertralina (Zoloft), se utilizan para el tratamiento del trastorno de pánico con agorafobia. Otros tipos de antidepresivos también pueden ser eficaces para tratar la agorafobia. Los antidepresivos también se utilizan para tratar otras afecciones de salud mental, como la depresión.
  • Medicamentos para tratar la ansiedad. Estos medicamentos, también llamados benzodiacepinas, son sedantes que, en circunstancias limitadas, el proveedor de atención médica puede recetar para aliviar los síntomas de la ansiedad. Por lo general, las benzodiacepinas se usan solo durante un corto plazo para aliviar la ansiedad que aparece de manera repentina, también conocida como ansiedad aguda. Estos medicamentos no son una buena opción si has tenido problemas a largo plazo de ansiedad, abuso de alcohol o de sustancias adictivas, ya que pueden provocar adicción.

Los medicamentos pueden tardar semanas en ayudar a controlar los síntomas. También es posible que tengas que probar varios medicamentos diferentes antes de encontrar uno que funcione mejor para ti.

El inicio y fin de un ciclo de antidepresivos pueden causar efectos secundarios que producen sensaciones físicas incómodas o incluso síntomas de ataques de pánico. Por este motivo, es probable que el proveedor de atención médica aumente progresivamente la dosis durante el tratamiento y la disminuya lentamente cuando estés listo para dejar de tomar el medicamento.

Medicina alternativa

Algunos suplementos herbarios y nutricionales aseguran tener propiedades tranquilizantes que reducen la ansiedad. Habla con el proveedor de atención médica antes de tomar alguno de estos suplementos para la agorafobia. Aunque estos suplementos se venden sin receta médica, pueden presentar riesgos para la salud.

Por ejemplo, el suplemento herbario kava, o kava kava, parecía ser un tratamiento prometedor para la ansiedad, pero hubo informes de daño hepático grave, incluso en el uso a corto plazo. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) emitió advertencias, pero no prohibió su venta en los Estados Unidos. Evita cualquier producto que contenga kava hasta que se hayan hecho estudios de seguridad más rigurosos, especialmente si tienes problemas hepáticos o si tomas medicamentos que afectan el hígado.

Estrategias de afrontamiento y apoyo

Vivir con agorafobia puede complicar y condicionar mucho la vida. El tratamiento profesional puede ayudarte a superar esta afección o controlarla de manera eficaz para que no te vuelvas un prisionero de tus miedos.

También puedes tomar estas medidas para lidiar con la agorafobia y cuidar de ti mismo:

  • Sigue tu plan de tratamiento. Asiste a las citas de terapia. Habla regularmente con tu terapeuta. Practica y usa las habilidades que aprendiste en terapia. Toma los medicamentos según las indicaciones.
  • Intenta no evitar las situaciones que te causan miedo. Puede ser difícil ir a lugares o estar en situaciones que te generan incomodidad o síntomas de ansiedad. Pero practicar habitualmente ir a cada vez más lugares puede reducir tus miedos y disminuir tu ansiedad. Tu familia, tus amigos y tu terapeuta pueden ayudarte a hacerlo.
  • Aprende habilidades para calmarte. Si trabajas junto con tu terapeuta, puedes aprender a calmarte y tranquilizarte. La meditación, el yoga, los masajes y la visualización son técnicas simples de relajación que también pueden ayudarte. Practica estas técnicas cuando no estés ansioso ni preocupado y luego aplícalas durante situaciones estresantes.
  • Evita el alcohol y las sustancias recreativas. También limita o evita la cafeína. Estas sustancias pueden empeorar tus síntomas de pánico o de ansiedad.
  • Cuídate. Duerme lo suficiente, haz actividad física todos los días y sigue una dieta saludable, que contenga muchos vegetales y frutas.
  • Únete a un grupo de apoyo. Unirse a un grupo de apoyo para personas con trastornos de ansiedad puede ayudarte a establecer conexiones con personas que enfrentan desafíos similares y a compartir experiencias.

Preparación para la consulta

Si tienes agorafobia, es posible que te sientas muy asustado o avergonzado para ir al consultorio del proveedor de atención médica. Considera hacer una llamada telefónica o una consulta por video y luego organiza un plan para intentar hacerlo en persona. También puedes pedirle a un familiar o a un amigo de confianza que te acompañe a la cita.

Qué puedes hacer

Para prepararte para tu cita médica, haz una lista con lo siguiente:

  • Los síntomas que has tenido, y por cuánto tiempo.
  • Las cosas que has dejado de hacer o estás evitando a causa de tus miedos.
  • Información personal clave, especialmente cualquier situación de estrés o cambios en la vida importantes que tuviste durante el período en el que comenzaron tus síntomas.
  • Información médica, incluidas otras afecciones físicas o de salud mental que tengas.
  • Todos los medicamentos, las vitaminas, las plantas medicinales u otros suplementos que tomes y las dosis.
  • Preguntas para hacerle al proveedor de atención médica o para la salud mental, de modo que aproveches al máximo la cita.

Estas son algunas preguntas básicas:

  • ¿Cuál cree que sea la causa de los síntomas?
  • ¿Existen otras causas posibles?
  • ¿Cómo determinará mi diagnóstico?
  • ¿Es probable que mi afección sea temporal, o será duradera?
  • ¿Qué tipo de tratamiento me recomienda?
  • Tengo otros problemas de salud. ¿Cuál es la mejor manera de controlarlos de manera conjunta?
  • ¿Cuál es el riesgo de tener efectos secundarios por los medicamentos que me está recomendando?
  • ¿Hay otras opciones en lugar de tomar medicamentos?
  • ¿En cuánto tiempo cree que mejorarán mis síntomas?
  • ¿Debo consultar con un profesional de salud mental?
  • ¿Hay materiales impresos que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?

No dudes en hacer otras preguntas que tengas durante la cita médica.

Qué esperar del médico

Es probable que el proveedor de atención médica o el proveedor de atención para la salud mental te haga una serie de preguntas, como las siguientes:

  • ¿Qué síntomas te preocupan?
  • ¿Cuándo notaste estos síntomas por primera vez?
  • ¿En qué momento es más probable que los síntomas aparezcan?
  • ¿Hay algo que parezca mejorar o empeorar los síntomas?
  • ¿Evitas situaciones o lugares porque tienes miedo de que te provoquen síntomas?
  • ¿Cómo afectan estos síntomas tu vida y a las personas más cercanas a ti?
  • ¿Te han diagnosticado alguna enfermedad?
  • ¿Has recibido tratamiento por otras afecciones de salud mental en el pasado? En caso afirmativo, ¿qué tratamiento te ayudó más?
  • ¿Alguna vez has pensado en hacerte daño ti mismo?
  • ¿Consumes alcohol o sustancias recreativas? ¿Con qué frecuencia?

Prepárate para responder preguntas y así tendrás tiempo para hablar sobre los temas más importantes para ti.