Diagnóstico
El profesional de la salud mental puede averiguar si tienes un trastorno de adaptación y hablar contigo para identificar los principales factores estresantes de la vida, tus síntomas y cómo afectan tu capacidad para vivir. Es probable que te hagan preguntas sobre tu salud física, mental y tus antecedentes sociales.
Para ayudar a diagnosticar el trastorno de adaptación, las pautas establecidas incluyen lo siguiente:
- Tener síntomas emocionales o conductuales dentro de los tres meses después de que suceda un evento estresante específico.
- Tener estrés superior a lo previsto en respuesta a un evento estresante de la vida o tener estrés que causa muchos problemas en las relaciones interpersonales, el trabajo o la escuela.
- Los síntomas no se deben a otro problema de salud mental ni forman parte del proceso característico de luto.
Tipos de trastornos de adaptación
Las pautas enumeran los siguientes seis tipos de trastornos de adaptación:
- Con estado de ánimo deprimido. Los síntomas incluyen, principalmente, sensación de tristeza, desesperación y llanto, cansancio extremo y dejar de sentir placer por las cosas que solías disfrutar.
- Con ansiedad. Los síntomas incluyen, principalmente, nerviosismo, preocupación, dificultades para concentrarse o recordar cosas y sensación de agobio. Los niños pueden tener miedo de que los separen de sus padres, madres y seres queridos.
- Con una mezcla de ansiedad y estado de ánimo deprimido. Los síntomas incluyen una mezcla de depresión y ansiedad.
- Con problemas conductuales. Los síntomas comprenden, principalmente, problemas conductuales, como peleas o conducción imprudente de vehículos. Los niños y los adolescentes pueden faltar a la escuela o dañar o destruir objetos.
- Con problemas emocionales y conductuales. Los síntomas incluyen una mezcla de depresión, ansiedad y problemas conductuales.
- Inespecífico. Los síntomas no se ajustan a los otros tipos de trastornos de adaptación. Sin embargo, este tipo a menudo incluye problemas físicos, problemas con la familia o los amigos, o problemas en el trabajo o la escuela.
Duración de los síntomas
La duración de los síntomas del trastorno de adaptación también puede variar. Los trastornos de adaptación pueden ser:
- Temporales. Esto es cuando los síntomas duran seis meses o menos. Se los suele llamar síntomas agudos. Deberían aliviarse una vez que pase el evento estresante.
- Crónicos. Esto es cuando los síntomas duran más de seis meses. Se los suele llamar síntomas persistentes o crónicos. Continúan siendo una molestia y alteran tu vida.
Tratamiento
Muchas personas con trastornos de adaptación encuentran útil el tratamiento, y a menudo solo necesitan un tratamiento breve. Otras, incluidas las que presentan trastornos de adaptación persistentes o estrés continuo, pueden beneficiarse de un tratamiento más prolongado. Los tratamientos para los trastornos de adaptación incluyen psicoterapia, medicamentos o ambos.
Terapia de conversación
La terapia de conversación, también denominada psicoterapia, es el tratamiento principal para los trastornos de adaptación. Este tratamiento se puede hacer individualmente, en grupo o en familia.
La terapia puede hacer lo siguiente:
- Brindar apoyo emocional.
- Ayudarte a volver a tu rutina habitual.
- Ayudarte a saber por qué el acontecimiento estresante te afectó tanto.
- Ayudarte a aprender sobre el manejo del estrés y la capacidad de afrontar una situación difícil para lidiar con acontecimientos estresantes.
Medicamentos
Los medicamentos como los antidepresivos y los ansiolíticos se pueden usar con la psicoterapia para ayudar con los síntomas de la depresión y la ansiedad. Al igual que con la terapia, es posible que necesites medicamentos solo por algunos meses, pero no dejes de tomar ningún medicamento sin hablar primero con el profesional de la salud. Si se interrumpen abruptamente algunos medicamentos, como determinados antidepresivos, pueden causar reacciones físicas que provocan malestar.
Estilo de vida y remedios caseros
Estas son algunas medidas que puedes tomar para cuidar tu bienestar emocional.
Consejos para ser más resistente
La resiliencia es la capacidad de adaptarse bien al estrés, a la adversidad, a una situación traumática o perjudicial o a una tragedia. Es la capacidad de recuperarse después de pasar por un momento muy duro. Desarrollar resiliencia puede variar de una persona a otra, pero estas estrategias ayudan:
- Mantente en contacto con tus seres queridos y con los amigos que sean positivos y que brinden apoyo de forma saludable.
- Todos los días, haz algo que te alegre y que te dé una sensación de logro y propósito.
- Lleva un estilo de vida que incluya dormir bien, seguir una dieta saludable y hacer actividad física con regularidad.
- Practica la atención plena, por ejemplo, escribiendo un diario, rezando o practicando yoga.
- Aprende de tus experiencias pasadas cómo puedes mejorar tu capacidad de afrontar una situación difícil.
- Ten esperanza en el futuro e intenta ser positivo.
- Aléjate del alcohol, las drogas y otras sustancias adictivas.
- Busca y desarrolla tus puntos fuertes personales.
- Afronta tus miedos y acepta los desafíos.
- Esfuérzate para alcanzar tus objetivos.
- Planifica la gestión de los problemas cuando surjan en lugar de no afrontarlos.
Busca apoyo
Puede ayudarte hablarlo con tus seres queridos y amigos. También puedes pedir apoyo a una comunidad religiosa o encontrar un grupo de apoyo para tu situación.
Habla con tu hijo sobre los eventos estresantes
Si a tu hijo le cuesta adaptarse, intenta instarle con delicadeza a que hable de lo que está pasando. Muchos padres y madres asumen que hablar sobre un cambio difícil, como el divorcio, hará que el niño se sienta peor. Sin embargo, tu hijo necesita poder expresar sus sentimientos de aflicción y oírte decirle que seguirás siendo una fuente constante de amor y apoyo.
Preparación para la consulta
Puedes comenzar por visitar al profesional de atención primaria o a un especialista en salud mental para que te evalúe y te indique un tratamiento. Esta orientación te ayudará a prepararte para la cita médica.
Si es posible, quizás sea conveniente que tomes notas durante la visita o que asistas con un familiar o amigo para que te ayude a recordar la información.
Qué puedes hacer
Para prepararte para la cita médica, elabora una lista de lo siguiente:
- Todos los síntomas que tengas, su duración y qué los mejora o empeora.
- Información personal más importante, como situaciones muy estresantes o cambios recientes en tu vida, positivos y negativos.
- Información médica, como otras enfermedades físicas o de salud mental que tengas. Incluye los medicamentos, las vitaminas, las plantas medicinales u otros suplementos que tomes y las dosis.
- Preguntas que quieras hacer para aprovechar al máximo el tiempo con el médico.
Algunas preguntas incluyen las siguientes:
- ¿Qué cree que causa mis síntomas?
- ¿Existen otras causas posibles?
- ¿Es probable que mi afección sea temporal o crónica?
- ¿Recomienda hacer un tratamiento? De ser así, ¿con qué enfoque?
- ¿En cuánto tiempo cree que mejorarán mis síntomas?
- ¿Debería consultar a un especialista en salud mental?
- ¿Recomienda algún cambio temporal en el hogar, el trabajo o la escuela para ayudar a recuperarme?
- ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda llevarme?
- ¿Qué sitios web me recomienda?
No dudes en hacer cualquier otra pregunta durante la cita médica.
Qué esperar del médico
El profesional de atención primaria o el especialista en salud mental te hará varias preguntas, como las siguientes:
- ¿Qué síntomas tienes?
- ¿Cuándo fue la primera vez que tú o tus seres queridos notaron los síntomas?
- ¿Qué cambios importantes se han producido recientemente en tu vida, tanto positivos como negativos?
- ¿Cómo has intentado lidiar con estos cambios?
- ¿Con qué frecuencia te sientes triste o deprimido?
- ¿Piensas acerca del suicidio?
- ¿Con qué frecuencia te sientes ansioso o preocupado?
- ¿Tienes problemas para dormir?
- ¿Te cuesta terminar tareas en el hogar, en el trabajo o en la escuela que antes gestionabas?
- ¿Evitas los eventos sociales o familiares?
- ¿Has tenido algún problema en la escuela o en el trabajo?
- ¿Has tomado alguna decisión impulsiva o has tenido comportamientos imprudentes que no son comunes en ti?
- ¿Consumes alcohol o sustancias recreativas? Si es así, ¿con qué frecuencia?
- ¿Has recibido tratamiento por otras enfermedades de salud mental en el pasado? En caso afirmativo, ¿qué tipo de terapia te ayudó más?
Prepárate para responder preguntas y asegúrate de que haya tiempo para revisar cualquier punto en el que quieras centrarte.