El programa de tratamiento de células T con receptores de antígenos quiméricos de Mayo Clinic es uno de los pocos programas sin precedentes ofrecido en centros médicos seleccionados, con expertos capacitados y certificados para controlar el tratamiento de células T con receptores de antígenos quiméricos. Mayo Clinic fue uno de los centros que trataba a las personas como parte del ensayo clínico que dio lugar a la aprobación de la FDA del tratamiento de células T con receptores de antígenos quiméricos.
El tratamiento de células T con receptores de antígenos quiméricos puede ser una opción de tratamiento para:
- Leucemia linfocítica aguda de linfocitos B refractaria y recurrente
- Linfoma no hodgkiniano de linfocitos B refractario y recurrente
- Linfoma de células del manto refractario y recurrente
- Linfoma folicular refractario y recurrente
- Mieloma múltiple refractario y recurrente
- Otros tipos de cáncer y enfermedades que están siendo sometidos a estudios clínicos
Si reúnes las condiciones para el tratamiento de células T con receptores de antígenos quiméricos y está programado que realices el tratamiento, pasarás por un proceso que lleva varias semanas.
Citas. Antes y después del tratamiento de células T con receptores de antígenos quiméricos, deberás hacerte varias pruebas y asistir a muchas citas. Según dónde vivas, es posible que debas estar fuera de casa durante algunos períodos en todo el proceso del tratamiento de células T con receptores de antígenos quiméricos.
Cuidadores. Al menos una persona debe acompañarte a todas las citas. Cuando no estés hospitalizado durante la quimioterapia, la infusión y la atención después de la infusión, será necesario que un cuidador permanezca contigo las 24 horas del día.
Plan de tratamiento. Es posible que después del tratamiento de células T con receptores de antígenos quiméricos necesites atención médica continua durante meses o años. Durante el proceso del tratamiento de células T con receptores de antígenos quiméricos, es posible que tu salud cambie de modo tal que ya no sea posible infundir las células T con receptores de antígenos quiméricos.