La salud mental afecta la manera de pensar, sentir, actuar y relacionarse con los demás. También afecta los sentimientos que tienes hacia ti mismo y la forma de manejar los factores estresantes de la vida cotidiana. Un ejemplo es la gestión de la ira. La ira en sí no es el problema, pero no saber manejarla puede ser un problema. En ese caso, puede ser útil buscar nuevas maneras de controlar la ira.
Si tienes problemas con lo que sientes sobre ti mismo, con tu manera de actuar o con otros problemas de salud mental, puedes recibir ayuda. Para encontrar un profesional de la salud mental, consulta a un miembro de tu equipo de atención médica.